Más de la mitad de la población padece, de forma esporádica o periódica, dolor de cabeza. Aunque no se trata de una enfermedad, constituye un molesto síntoma provocado por diversas causas.
- La aparición del dolor se atribuye con frecuencia al estrés, a ciertos alimentos o a cambios hormonales.
- Todos estos factores hacen que se acumulen en el organismo sustancias como histamina, cortisol, estrógenos, aditivos, fármacos… Estas son responsables de las reacciones metabólicas que desencadenan el dolor.
- Si el cuerpo no es capaz de neutralizar esos compuestos, pueden favorecer el espasmo de las arterias que conlleva la migraña o la constricción muscular que da lugar a la cefalea.
- El mal funcionamiento de los órganos depurativos –por una alimentación inadecuada o alteraciones genéticas que provocan disfunciones enzimáticas– causa esa incapacidad.
- Incorporar ciertos alimentos en la dieta puede ser la mejor forma de ayudar al organismo a que se deshaga de todas esas sustancias precursoras del dolor.
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1. Alcachofa. Actúa sobre los hepatocitos, regenerándolos y activando la producción de bilis, lo que hace que las grasas se disuelvan más rápidamente. Además, colabora en la absorción de las vitaminas del grupo B, favorece las funciones enzimáticas y acelera la primera fase de detoxificación hepática.
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2. Judías azuki. Esta pequeña legumbre oriental contiene molibdeno, un oligoelemento imprescindible para activar la fase de sulfatación hepática que elimina tóxicos y hormonas. Son también ricas en magnesio (120 mg / 100 g), imprescindible para relajar el sistema nervioso.
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3. Alga cochayuyo. Es rica en minerales y aminoácidos azufrados que ayudan a eliminar los metales pesados del organismo. Su alto porcentaje de fibra (47 g / 100 g) contribuye a evitar el estreñimiento, un frecuente desencadenante del dolor de cabeza.
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4. Frutos del bosque. Protegen la pared de los vasos sanguíneos, aportan antioxidantes y frenan la actividad de la aromatasa1 una enzima que participa en la biosíntesis de los estrógenos.
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5. Té kombucha. Se trata de un fermentado de levaduras que aporta sustancias antibióticas y probióticas, enzimas y otros elementos como las vitaminas C, B1, B2, B3, B6, ácidos fólico y láctico. Ayuda a eliminar líquidos, impide la proliferación de microorganismos patógenos en el intestino y mejora la glucuronidación, uno de los procesos finales de la detoxificación hepática.
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6. Nueces del Brasil. Se trata del fruto seco más rico en el selenio (2.960 mcg/100 g), un oligoelemento antioxidante imprescindible para la activación de la enzima hepática glutatión. Esta enzima convierte las toxinas liposolubles (hormonas, aditivos, pesticidas…) en hidrosolubles, lo que facilita su eliminación.
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7. Piña. Esta fruta es rica en vitamina C (20 mg/100 g), esencial para activar los enzimas del citocromo P450 que intervienen en la primera fase de detoxificación hepática. Además, ayuda a eliminar la histamina y las hormonas generadas con el estrés, responsables de muchas migrañas; aporta magnesio (17 mg/100 g) y potasio (172 mg/100 g), dos minerales que relajan el sistema nervioso.
Con informaciones de Rosa Guerrero (naturópata)