Este pequeño cuento o parábola en imágenes fue escrito y dibujado por James Thurber y se publicó en 1939, unos meses después del final de la Segunda Guerra Mundial.
Su vigencia se mantiene de forma elocuente con el paso de los años; en el mundo siguen existiendo humanos que exhiben sus miedos y su ignorancia jugando a matar como niños pequeños. En su época fue valorada por el New York Times como una de las obras más serias sobre la guerra que existen. En Francia, Albert Camus, que trabajó en la traducción, la valoraba como un complemento de su filosofía.