En los últimos años la gastronomía internacional ha experimentado una auténtica revolución fermentada. Alimentos que durante siglos han sido básicos en ciertas culturas, pero prácticamente desconocidos en Occidente, se están convirtiendo en muy populares gracias sus excepcionales propiedades nutricionales y su sabor intenso y complejo. Entre estos destaca el kimchi, el icónico encurtido coreano que ha trascendido fronteras para convertirse en un auténtico fenómeno global.
Textos: Redacción de Integral

El tesoro nacional de Corea
El kimchi es mucho más que un alimento en Corea; es una pasión nacional, un elemento identitario tan arraigado en la cultura que ha merecido ser reconocido por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Esta preparación de verduras fermentadas, generalmente a base de col china (napa), rabanitos u otros vegetales mezclados con una potente combinación de especias como jengibre, ajo, guindilla y cebolletas, forma parte indisociable de la vida cotidiana coreana.
Según datos del Instituto Coreano de Investigación Alimentaria, el consumo medio de kimchi entre los coreanos adultos es de unos 125 g diarios. Una cantidad que, a lo largo de toda una vida, revela su importancia. Además, todavía hoy las tres cuartas partes del kimchi que se consume en Corea del Sur todavía se prepara en los hogares, manteniendo viva una tradición milenaria.
Es tal la importancia del kimchi en la sociedad coreana que existe incluso la figura del «bono para kimchi», una gratificación anual que los empleadores conceden a sus trabajadores en otoño para que puedan adquirir los ingredientes necesarios para elaborar su provisión anual de este preciado alimento.

Un perfil nutricional excepcional
¿Qué hace del kimchi un alimento tan especial desde el punto de vista nutricional? El secreto está en la fermentación. Durante este proceso, las bacterias beneficiosas (principalmente lactobacillus) transforman los azúcares naturales de las verduras en ácido láctico, creando un ambiente ácido que no solo preserva los vegetales, sino que potencia su valor nutricional y genera nuevos compuestos bioactivos.
Una porción de 100 gramos de kimchi aporta:
– Apenas 24 calorías
– 1,1 gramos de proteínas
– 3,9 gramos de carbohidratos
– 1,8 gramos de fibra
– Una mínima cantidad de grasa (0,2 g)
– Abundantes vitaminas A, B1, B2 y C
– Minerales como potasio, calcio y hierro
Pero más allá de estos nutrientes básicos, el kimchi destaca por su riqueza en probióticos vivos, compuestos antioxidantes y sustancias bioactivas generadas durante la fermentación, que son las responsables de sus numerosos beneficios para la salud.

Seis razones para incorporar el kimchi a tu dieta
1. Mejora la salud intestinal.
Existe una creciente evidencia científica que demuestra que los alimentos fermentados como el kimchi pueden mejorar significativamente los niveles de bacterias beneficiosas en nuestro intestino. Estas bacterias no solo ayudan a digerir los alimentos, sino que fortalecen la barrera intestinal, mejoran la absorción de nutrientes y pueden aliviar problemas como el estreñimiento.
La diversidad y riqueza de nuestra microbiota intestinal está directamente relacionada con nuestra salud global. Al incorporar alimentos fermentados a nuestra dieta, estamos nutriendo esta comunidad microbiana, lo que repercute positivamente en nuestra inmunidad y en nuestra capacidad antiinflamatoria.
2. Potencia el valor nutritivo de los alimentos
El proceso de fermentación no solo conserva los nutrientes originales de las verduras, sino que en muchos casos los potencia. Las bacterias responsables de la fermentación sintetizan vitaminas y minerales, y el proceso en sí desactiva ciertos compuestos considerados «antinutrientes», que pueden interferir con la absorción de minerales.
El resultado es un alimento con una biodisponibilidad nutricional superior a la de sus ingredientes crudos, lo que maximiza los beneficios que nuestro organismo puede obtener de él.
3. Protege la salud cardiovascular
Investigaciones científicas han identificado en el kimchi compuestos como «péptidos biológicamente activos», entre ellos los ácidos linoleicos conjugados (CLA), que pueden tener un efecto reductor de la presión arterial. Además, ciertos componentes del kimchi parecen ayudar a mantener los vasos sanguíneos libres de los efectos dañinos de la aterosclerosis, contribuyendo así a la salud cardiovascular.
4. Favorece el control glucémico
El consumo de kimchi ha mostrado efectos positivos en la gestión de los niveles de azúcar en sangre. Aunque los mecanismos exactos aún no se comprenden completamente y se necesita más investigación, este efecto podría estar relacionado con la presencia de compuestos bioactivos y con la modulación de la microbiota intestinal, que juega un papel importante en el metabolismo de la glucosa.
5. Contribuye al mantenimiento del peso saludable
Diversos estudios sugieren que incluir kimchi fermentado en la dieta puede influir positivamente en factores metabólicos como el peso corporal, el índice de masa corporal (IMC) y la relación cintura-cadera. Su bajo contenido calórico combinado con su alta densidad nutricional lo convierte en un aliado ideal para quienes buscan mantener un peso saludable.
6. Combate la inflamación
Los compuestos activos presentes en el kimchi fermentado han demostrado capacidad para suprimir efectos inflamatorios en el organismo. Esta propiedad antiinflamatoria puede tener beneficios de amplio espectro, desde la protección de la salud vascular hasta la mejora de la función cognitiva y la memoria.

El kimchi auténtico
No todos los productos etiquetados como «kimchi» ofrecen los mismos beneficios. Una disputa comercial entre Corea y Japón ilustra perfectamente esta cuestión. Mientras que el auténtico kimchi coreano se elabora mediante un proceso de fermentación natural que puede durar días o semanas, algunos productores japoneses desarrollaron un producto similar que sustituye la fermentación por aditivos como el ácido cítrico.
Esta versión industrializada, aunque más económica y de sabor más suave (por lo que puede resultar más accesible para algunos paladares), carece de los probióticos vivos y muchos de los compuestos bioactivos que hacen del kimchi auténtico un alimento funcional.
Tras años de deliberación, el Código Alimentario internacional reconoció finalmente que la versión fermentada coreana es el estándar internacional del kimchi, validando la importancia del proceso de fermentación natural para la autenticidad y las propiedades de este alimento.
PREPARANDO KIMCHI EN CASA: RECETA BÁSICA
Una de las grandes ventajas del kimchi es que podemos elaborarlo fácilmente en nuestra cocina. La fermentación casera no solo nos garantiza un producto sin conservantes ni aditivos químicos, sino que nos permite ajustar ingredientes y sabores a nuestro gusto personal. Además, resulta considerablemente más económico que adquirir versiones comerciales de calidad.
A continuación presentamos una receta básica de kimchi tradicional, adaptada para ser accesible en nuestro entorno:
Kimchi de col china (Baechu Kimchi)
Ingredientes:
– 1 col china (napa o bok choi) de aproximadamente 500 g
– 3-4 cucharadas de sal marina
– 1 litro de agua para la salmuera
– 2 zanahorias medianas
– 1 rabanito grande o 4-5 rabanitos pequeños
– 4-5 cebolletas (o 1 cebolla y 1 puerro)
– 4-5 dientes de ajo
– 3-4 guindillas frescas (ajustar según nivel de picante deseado)
– 3 cucharadas de jengibre fresco rallado
– 1 cucharadita de azúcar (opcional, ayuda a iniciar la fermentación)
Utensilios necesarios:
– Un recipiente grande para la salmuera
– Un bote de vidrio de 1 litro con tapa
– Un peso para mantener las verduras sumergidas (puede ser un bote más pequeño)
- Preparación de la salmuera: Disuelve 4 cucharadas de sal en 1 litro de agua. La salmuera debe tener un sabor salado pero agradable.
- Preparación de las verduras: Corta la col china en trozos de unos 5 cm. Corta también el rabanito y las zanahorias en rodajas finas o en bastones. Sumerge todas las verduras en la salmuera, asegurándote de que queden completamente cubiertas usando un plato u otro peso para mantenerlas sumergidas. Déjalas reposar durante varias horas (4-6) o toda la noche hasta que estén blandas.
- Preparación del condimento: Mientras las verduras reposan, prepara la pasta de especias. Pica finamente el ajo y las cebolletas. Retira las semillas de las guindillas y córtalas en trozos pequeños (o machácalas, según prefieras la intensidad). Ralla el jengibre. Mezcla todos estos ingredientes hasta formar una pasta aromática. El kimchi admite grandes cantidades de especias, así que no temas ser generoso.
- Escurrido y condimentado: Escurre las verduras de la salmuera (reserva un poco del líquido). Prueba un trozo para evaluar el nivel de sal: deben saber ligeramente saladas pero no desagradables. Si están demasiado saladas, acláralas brevemente. Mezcla las verduras escurridas con la pasta de especias, asegurándote de que todos los trozos queden bien impregnados.
- Envasado y fermentación: Introduce la mezcla en un bote de vidrio limpio, presionando firmemente hacia abajo hasta que el líquido natural de las verduras suba a la superficie. Si es necesario, añade un poco de la salmuera reservada para asegurarte de que las verduras quedan completamente sumergidas. Puedes utilizar un bote más pequeño, una bolsa con cremallera llena de agua, o simplemente presionar diariamente con los dedos limpios para mantener las verduras bajo el líquido.
- Tiempo de fermentación: Deja fermentar el bote a temperatura ambiente (20-25ºC), en un lugar alejado de la luz directa del sol. El tiempo de fermentación dependerá de tus preferencias de sabor y de la temperatura ambiente: en climas cálidos el proceso será más rápido. Prueba el kimchi diariamente; notarás cómo el sabor va evolucionando, volviéndose más ácido y complejo. Generalmente estará listo en 5-7 días, aunque puedes dejarlo fermentar más tiempo si deseas un sabor más intenso.
Conservación: Cuando el kimchi haya alcanzado el punto de acidez deseado, transfiérelo al refrigerador para ralentizar la fermentación. Allí puede conservarse durante meses, durante los cuales seguirá madurando y desarrollando sabores más complejos.

Kimchi de frutas: una variante sorprendente
Si te animas a experimentar más allá de la receta tradicional, te proponemos una versión de kimchi con frutas que resulta especialmente interesante por el contraste entre la dulzura natural de las frutas y los intensos sabores de las especias:
Ingredientes:
– ¼ de piña
– 2 ciruelas
– 2 peras
– 1 manzana
– 1 racimo pequeño de uvas
– ½ taza de frutos secos (anacardos, nueces o almendras)
– 2 cucharaditas de sal marina
– El zumo de un limón
– Un manojo pequeño de cilantro picado
– 1-2 pimientos jalapeños frescos, picados finamente
– 1-2 guindillas (según nivel de picante deseado)
– 1 cebolla o puerro picado
– 3-4 dientes de ajo picados
– 3 cucharadas de jengibre rallado
- Corta las frutas en trozos pequeños, manteniendo las uvas enteras.
- Mezcla las frutas con los frutos secos en un recipiente.
- Añade la sal, el zumo de limón y todas las especias. Mezcla bien.
- Introduce la mezcla en un bote limpio, presionando firmemente.
- Fermenta siguiendo el mismo proceso que para el kimchi tradicional.
Esta versión dulce del kimchi desarrolla, con el tiempo, notas ligeramente alcohólicas que complementan maravillosamente el picante de las especias, creando una experiencia gustativa única y memorable.

Consejos para el consumo de kimchi
- En general el kimchi es seguro para todo el mundo, a menos que se tenga alergia específica a alguno de sus ingredientes. Sin embargo, como sucede con los alimentos fermentados y ricos en fibra, al principio puede causar algunas molestias digestivas (gases, hinchazón), especialmente si el organismo no está acostumbrado a este tipo de alimentos.
- Las personas con intolerancia a la histamina deberán limitar los alimentos fermentados, y quienes siguen una dieta baja en sodio deben tener en cuenta que el kimchi tradicional puede contener sal a niveles elevados.
- Si compras kimchi comercial en lugar de hacerlo en casa, opta siempre por versiones sin pasteurizar, ya que la pasteurización elimina las bacterias beneficiosas. Y ojo con la sal: es recomendable verificar el contenido de sodio en la etiqueta, ya que algunas marcas pueden contener hasta un 3% de sal.
Una tradición milenaria con proyección de futuro
El kimchi es un ejemplo excelente de cómo las tradiciones alimentarias ancestrales pueden estar perfectamente alineadas con las necesidades nutricionales contemporáneas. Y sobre todo ahora, en un momento en el que cada vez más investigaciones confirman la importancia de la microbiota intestinal para la salud global. Por eso los alimentos fermentados como el kimchi ofrecen una manera deliciosa y natural de nutrir nuestro ecosistema interno.
Incorporar pequeñas cantidades de kimchi a nuestra dieta diaria puede ser una estrategia sencilla pero eficaz para incrementar la diversidad de nuestra alimentación y beneficiarnos de sus propiedades probióticas, antiinflamatorias y nutritivas. En casa o en las tiendas, el kimchi nos invita a conectar con una sabiduría culinaria milenaria que hoy, más que nunca, tiene mucho que aportar a nuestra salud.
* Más sobre el kimchi en Integral 450.
* Sobre los fermentados, ver Integral 82 (pickes), 95, 218 y 377 (verduras), 318 (soja), 448, 467, 472, 473 (limonada fermentada), 485 (chucrut) y 516 (Sandor Katz).

Guarapo de piña:
probióticos y vitalidad en un refresco tropical
El guarapo de piña, bebida tradicional de Colombia y Venezuela, es mucho más que un refrescante sabor tropical. Este fermentado natural representa una manera sencilla y deliciosa de incorporar probióticos a nuestra alimentación diaria.
Probióticos: beneficiosos para la microbiota
La fermentación de la piña genera microorganismos vivos que colonizan nuestro intestino y favorecen el equilibrio de la flora intestinal. Estos probióticos naturales cumplen funciones esenciales:
- Refuerzan la inmunidad: El 80% de nuestro sistema inmunitario se encuentra en el intestino, y los probióticos del guarapo contribuyen a mantenerlo en óptimas condiciones.
- Mejoran la digestión: Las enzimas producidas durante la fermentación facilitan la asimilación de nutrientes y la predigestión de la fibra.
- Acción antiinflamatoria: Al fortalecer la barrera intestinal, reducen la inflamación general del organismo.
- Función quelante: Ayudan a eliminar toxinas y metales pesados del sistema digestivo.
Elaboración casera
- La preparación del guarapo de piña es sencilla y económica:
- Selecciona una piña grande, madura y con piel sana. Lávala bien y pélala.
- Corta la cáscara en trozos pequeños y colócalos en un recipiente de vidrio o cerámica con cierre hermético.
- Añade dos litros de agua y 500g de azúcar moreno o miel de caña.
- Cierra el recipiente y deja fermentar durante 48 horas en un lugar cálido.
- Cuela el líquido y añade otro litro de agua. Deja reposar 12 horas más.
Incorpora 750 ml de agua adicional y refrigera antes de consumir.
La clave está en el tiempo
El tiempo de fermentación determina tanto las propiedades probióticas como el contenido alcohólico. Para obtener principalmente beneficios digestivos con mínimo alcohol, respeta los tiempos indicados. Si se deja fermentar más tiempo, aumentará su graduación alcohólica, convirtiéndose en una bebida más similar a la ‘chicha’ latina tradicional.
Este sencillo proceso de fermentación natural transforma la piña en una fuente de microorganismos beneficiosos, vitaminas y enzimas digestivas que contribuyen a una mejor salud intestinal. Además, al ser de elaboración casera, puedes controlar su composición sin aditivos ni conservantes artificiales.