Tu plan invernal para vivir con salud

Los días más fríos pueden experimentarse como un estímulo para el organismo y no como un riesgo. El cuerpo está preparado para hacer frente a la bajada de temperaturas del cambio estacional, e incluso para utilizarlas como un estímulo para disfrutar de la naturaleza.

Textos: Blanca Herp y Laura Torres.

Los seres vivos –también los humanos– han incorporado en su funcionamiento fisiológico los cambios estacionales gracias a la evolución. El organismo los aprovecha para regular el calor corporal y los sistemas nervioso, hormonal e inmunitario. Por eso, al dejar de relacionarse con el invierno se priva al cuerpo de valiosos estímulos.

Disfrutar de cada día, haga la temperatura que haga, llueva o nieve, es la mejor manera de asegurarse una buena salud, porque el estado de ánimo influye de manera fundamental en las defensas del organismo.

MÁS VITALIDAD

Las personas que se agobian, aunque tomen todas las precauciones, es más probable que resulten afectadas por un virus oportunista. Conviene adaptarse de buen grado a las circunstancias, para disfrutar de la vida con mejores defensas y resistencia física y mental.

Para mejorar la vitalidad es recomendable acostarse pronto, madrugar y pasear –o hacer algún tipo de ejercicio físico, ya sea correr o practicar taichí– durante 20 minutos al aire libre a fin de aprovechar al máximo las primeras horas de luz del día, lo que ayuda a producir serotonina, un neurotransmisor asociado a la sensación de bienestar, y a regular la producción de melatonina, la hormona que regula los ritmos de descanso y actividad, y cuya producción resulta influida por la exposición a la luz.

TRATAMIENTOS NATURALES PARA COMBATIR EL FRÍO

El tratamiento natural basta para superar las infecciones víricas sin complicaciones.

  • Gripe. Junto al descanso y una dieta ligera, rica en alimentos vegetales frescos, se pueden tomar preparados a base de equinácea (Echinacea purpurea), así como homeopatía (Oscillococcinum y Ferrum phosphoricum). Ante los primeros síntomas es eficaz tomar una dosis elevada de zinc (30 mg). La acetilcisteína (600 mg) ayuda a prevenir complicaciones.
  • Otitis. Para prevenirla y tratarla es útil fluidificar la mucosidad nasal con aerosoles de agua de mar. La infusión de raíz de levístico (Levisticum officinale) resulta también eficaz.
  • Anginas. Son recomendables las gárgaras con infusión de salvia, vinagre de manzana rebajado o agua salada. Es importante acudir al médico si las molestias duran más de tres días.
  • Bronquitis. Hay que beber al menos dos litros diarios (de infusiones o agua) y realizar inhalaciones y vahos con tomillo para mejorar la respiración.

EJERCICIO FÍSICO

Los meses invernales son un momento excelente para aumentar la práctica de ejercicio físico. Sin dejarse atemorizar por el frío, la actividad corporal enciende el fuego interno y hace circular las cada vez más conocidas y apreciadas endorfinas, sustancias similares a las hormonas que inducen sensaciones de euforia y bienestar y potencian la eficacia del sistema inmunitario.

Recordad que es más problemática la concentración de virus, bacterias y agentes contaminantes en los ambientes interiores que las bajas temperaturas exteriores. Por ello es mejor practicar el ejercicio a diario y al aire libre, durante un mínimo de 20 minutos y con cierta intensidad, es decir, con esfuerzo cardiorrespiratorio.

Caminar a paso ligero, correr o pedalear en el aire fresco resulta tonificante y carece de riesgos si se toman algunas medidas sencillas. Si el frío es realmente intenso, se pueden vestir varias capas de ropa (mejor varias finas que una gruesa, porque se aprovecha el efecto aislante de la «cámara de aire» entre prenda y prenda), siempre que no provoquen una transpiración por encima de lo normal. Esto es válido también en caso de vida sedentaria.

Después del ejercicio, lo mejor es frotarse la piel enérgicamente con una toalla, tomar una ducha caliente y ponerse ropa de abrigo.

CALOR

¿Por qué en invierno nos apetece entrar en calor? Porque el cuerpo envía un aviso para que le ayudemos en su esfuerzo para mantener la temperatura habitual. Cada persona puede elegir la manera de calentarse que más le agrade. Los naturistas solemos utilizar los vahos (ver como se hacen en los número 397 y 484) y también, según disponibilidad, la sauna, que es el rito invernal preferido de muchas personas.

El calor seco que inunda la cabina, combinado con las duchas frías, mejora la secreción de la mucosa bronquial, previene los resfriados y las gripes (elimina toxinas del organismo) y mejora el estado de la piel, los músculos, la circulación, además de eliminar virus.

Encontraremos otra posibilidad en el baño caliente con sales de Epson y aceites esenciales de jengibre y eucalipto. Este baño se puede preparar tranquilamente en casa y ayuda a recuperarse de los resfriados.

EN CASA

Otro tipo de calor es el que proporciona la intimidad del hogar donde en invierno se pasan más horas. En él se busca esta protección, calor humano, incluso cierto aislamiento. Por eso conviene buscar la forma de hacerlo más reconfortante.

  • Luz. A las primeras horas del día abriremos ventanas, persianas y cortinas para dejar paso a la luz. La luz evita que el reloj interno se descontrole con días de fatiga y noches de insomnio.
  • Tranquilidad natural. Por la tarde conviene desconectar del trabajo y no abusar de la luz eléctrica, que puede alargar la jornada demasiadas horas y favorecer el insomnio.
  • Silencio. Las pantallas y dispositivos (música, internet) no ayudan a disfrutar del silencio en casa, pero podemos intentarlo.
  • Ambientes secos. Muchos resfriados se deben a que los ambientes interiores son demasiado secos, pues al subir la temperatura baja la humedad relativa. Cuando están poco hidratadas, las mucosas respiratorias se convierten en el lugar para que aniden virus y bacterias.

También el paso repentino de un interior caluroso al exterior frío puede afectar a la capacidad del cuerpo para defenderse. Conviene regular la humedad con humidificadores y que la temperatura interior no sobrepase los 20 ºC. Estamos en invierno y, por tanto, no tiene sentido ir en camiseta de tirantes por casas.

  • Aromaterapia. Los aceites esenciales son uno de los grandes protagonistas en invierno. La lavanda calma las emociones fuertes y alivia las molestias superficiales. El naranjo actúa contra la melancolía y la inapetencia. El sándalo estimula la fantasía y la verbena mejora la concentración.

CON PLANTAS MEDICINALES

  • Baño tonificante con tomillo. Los vahos y las inhalaciones de tomillo son un remedio popular contra la congestión, pero también son eficaces los baños de pies y de cuerpo entero. Para realizarlos se prepara una decocción de 500 g de tomillo en cuatro litros de agua que se añaden al baño.

Infusión para evitar infecciones

Ingredientes:

  • 10 g de flores de tilo.
  • 20 g de flores de saúco.
  • 25 g de escaramujo.
  • 25 g de hojas de melisa.
  • 10 g de hojas de frambueso.
  • 10 g de hojas de planta de zarzamora.

La infusión se prepara con una cucharadita de la mezcla por taza y se deja reposar durante diez minutos en agua recién hervida. Se pueden tomar tres tazas diarias, coincidiendo con el desayuno, la comida y la cena.

  • Garganta irritada. Es uno de los síntomas comunes de infección respiratoria. Para reducir la intensidad de la molestia y favorecer la curación se puede tomar una preparación a base de jengibre y miel. Se ralla el jengibre fresco y se mezcla con la misma cantidad de miel y unas gotas de limón.

Cada día se toman tres cucharaditas de la pasta, que se deshace en la boca y se traga lentamente. Los principios activos del jengibre y la miel reducen el dolor y atajan la infección.

  • Prevenir con homeopatía. Un buen médico ofrece a cada persona el remedio específico que necesita para fortalecerse en invierno, pero ciertas preparaciones están indicadas en general para prevenir las infecciones respiratorias, como Oscillococcinum, Ferrum phosphoricum, lnfluenzinum 9CH o Aconitum 30C.

UN POCO MÁS DE ENERGÍA

La dieta es fundamental para adaptarse a los cambios climáticos. La actividad del metabolismo aumenta para mantener la temperatura corporal, lo que hace que se sienta más hambre y se coma más.

Se considera que la necesidad de calorías se incrementa un 5% cada 10 grados de descenso de la temperatura. Por eso conviene consumir más hidratos de carbono de absorción lenta, como los de las legumbres y los cereales integrales en general. Ayudan a mantener el cuerpo caliente y a sentirse animoso todo el día.

Aunque los vegetales crudos son siempre recomendables por su aporte de vitamina C –de reconocida eficacia para prevenir o reducir la intensidad de los resfriados y las gripes– la medicina tradicional china recomienda las raíces y los tubérculos cocidos (zanahorias, nabos, cebollas, patatas, ajos o boniatos) y en general los potajes, los purés, las sopas, las cremas y otros platos calientes y consistentes.

También hay que incrementar ligeramente la proporción de grasas. Una ración suplementaria invernal se obtiene con un par de cucharadas de aceite virgen de oliva y un puñado diario de frutos secos (nueces, almendras, piñones…). Si el otoño y la primavera son estaciones que se llevan bien con las dietas depurativas, en invierno es preferible nutrir todos los sistemas e incluso acumular algunas reservas.

Por otra parte, como en invierno se reduce la exposición de la piel al sol, puede ser buena idea aumentar la ingesta de vitamina D, que combate los síntomas de la depresión invernal. Alimentos ricos en este nutriente son los productos lácteos, los huevos y los pescados (para los flexitarianos).

Además algunos expertos recomiendan la ingesta de oligoelementos (cobre, cobalto, manganeso, plata, cinc, silicio…), ya que son importantes para el funcionamiento de todo el sistema inmunitario.

Alimentos abundantes en micronutrientes: frutos secos, semillas, frutas desecadas, algas, polen, levadura de cerveza, germen de trigo. También se puede complementar la dieta con infusiones de jengibre o canela.

COMPLEMENTOS DIETÉTICOS

Una dieta variada, con todos esos alimentos, debería ser suficiente para obtener el aporte de todos los nutrientes necesarios. Sin embargo, en casos de convalecencia o tendencia a sufrir una bajada de las defensas puede resultar conveniente durante el invierno tomar algún suplemento de manera preventiva. Entre los más populares, gracias a sus reconocidos efectos, están:

Zinc (15 mg al día). Estimula la inmunidad, favorece la lucha contra bacterias y virus y protege del daño que pueden producir las toxinas.

Selenio (200 microgramos al día). Aumenta la producción de glóbulos blancos que defienden de las infecciones y combate los radicales libres que perjudican a las células.

Vitamina C (100 mg al día). Indispensable para una buena salud general y preventiva de resfriados y enfriamientos.

Vitamina E (80 mg al día). Potencia el sistema inmunitario, sobre todo en personas mayores, y es un gran antioxidante.

Flavonoides (1 gal día). Con efectos también antioxidantes y favorecedores de la acción beneficiosa de las vitaminas y minerales que se ingieren con los alimentos.

Betacaroteno (15 mgal día). Se transforma en vitamina A dentro del cuerpo y ejerce funciones antioxidantes. 

DESCANSO, REPOSO

En invierno el cuerpo tiende naturalmente a incrementar las horas de descanso, pero vivimos en condiciones tan artificiales que no nos damos cuenta de este detalle tan importante. Forma parte del funcionamiento invernal: los músculos están mucho menos irrigados que en cualquier otra estación del año y el rendimiento físico suele llegar a sus niveles más bajos. La piel también recibe menos irrigación y las glándulas sudoríparas descansan más. En cambio los órganos internos se calientan y se estimulan gracias al mayor flujo de sangre que reciben.

Para colaborar y reforzar con todos estos procesos no es mala idea dormir una hora más de lo acostumbrado, y que cada noche el cuerpo y la mente se regeneren y pongan así en funcionamiento la energía autocurativa del organismo.

LOS BENEFICIOS DE REAPRENDER A RESPIRAR

  • Cada día, todos los días. Hay que insistir una y otra vez en la importancia vital, decisiva para la salud, de respirar siempre por la nariz.
  • La respiración yóguica o pranayama consiste en una serie de técnicas que suponen un gran entrenamiento para los pulmones. En una de las prácticas, la respiración kapalabhati, se llevan a cabo series de 30 o 40 exhalaciones muy rápidas, contrayendo rítmicamente el abdomen. Además de mejorar la respiración, los ejercicios de pranayama favorecen el autocontrol emocional. 

¡Volver al limón!

Un limón, un botiquín completo

El limón es tan popular por su contenido en vitamina C y porque antiguamente se había utilizado como remedio contra el escorbuto. Sin embargo, las propiedades de este fruto van mucho más allá. Del limón merece ser destacada su gran riqueza en flavonoides, ácido cítrico, ácido málico y aceites esenciales, que le otorgan propiedades superiores a otros frutos.

Es muy interesante como remedio digestivo, tónico hepático, y por sus beneficios sobre el corazón y para fortalecer los vasos sanguíneos, entre otros muchos beneficios.

Jugo de limón

El zumo o jugo de limón está muy indicado para un sinfín de enfermedades y trastornos, por ejemplo (solo en uso interno): en caso de migraña, como depurativo détox por excelencia, para el sistema digestivo, para los gases para tonificar el hígado, para el sistema circulatorio, como antioxidante, recuperador de líquidos después del deporte… ¡es una lista larguísima!*

Para aumentar las defensas

Por su capacidad para regenerar los glóbulos blancos de la vitamina C, el limón es muy adecuado para potenciar las defensas del organismo, previniendo la aparición de muchas enfermedades. La vitamina C se encuentra en gran concentración en el interior de los glóbulos blancos, es decir, las células inmunitarias.

Afecciones respiratorias

En las afecciones respiratorias, los componentes del aceite esencial de limón tienen propiedades antibacterianas muy útiles para la curación de catarros y resfriados. Pero también en las infusiones.

El alfa pineno que contiene el aceite esencial de limón es un antigripal muy importante, por eso es muy adecuado tomar infusiones y jugo de limón en caso de gripe. Y gracias a sus propiedades para aumentar las defensas, tomar limón tanto en infecciones bacterianas, como de hongos, parásitos o virus.

Infusión con violeta

El jugo de limón es también muy útil para calmar la sed y quitar la fiebre, sobre todo si la temperatura es muy alta. La infusión de flores de violeta con limón es muy útil en este caso.

En la cocina

Recordad que si se utiliza la piel (por ejemplo, en alguna infusión), el limón deberá ser de cultivo ecológico. Si no, hay que pelarlo.

¿Y el esmalte de los dientes?

El jugo de limón es peligroso para los dientes, porque ataca la placa dental. Una buena solución para evitarlo consiste en beberlo ayudándonos de una pajita, consumirlo con alimentos o diluirlo en un poco de agua.

* Para saber más sobre los usos del limón, ver los números 292, 294, 409, 438, 453, 500, 448, 455, 473 (limonadas), 445 (aceite esencial).

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