Thich Nhat Hanh: el padre del Mindfulness

Uno de los maestros espirituales más relevantes de nuestro tiempo, sus enseñanzas inspiraron a Jon Kabatt-Zin una visión renovada de la meditación.

 

Textos: Anna Sólyom

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«Debemos aprender a trascender nuestros propios puntos de vista con el fin de progresar en nuestro camino.»

THICH NHAT HANH

Nguyễn Xuân Bảo es el verdadero nombre del maestro hoy conocido como Thich Nhất Hạnh. Nacido el11 de octubre de 1926, ingresó en el monasterio de Từ Hiếu en Vietnam cuando tenía 16 años y fue ordenado monje 7 años después, en 1949. Allí se formó en las tradiciones vietnamitas del budismo mahayana y del thiền vietnamita (budismo zen).

En 1956, un año después del estallido la Guerra de Resistencia contra América (como se conoce a la Guerra de Vietnam en el propio país), el joven monje fue editor-jefe de la publicación periódica de la Asociación Budista Unificada de Vietnam. Este humanista y activista por la paz dejó la seguridad de su monasterio para ayudar a los habitantes de los pequeños pueblos que lo habían perdido todo a causa de la guerra.

Se ofreció a cada monje la opción de permanecer en el monasterio o de ayudar a su pueblo, y Thich Nhat Hanh comenzó su largo viaje que le llevaría a fundar la Escuela de la Juventud para el Servicio Social (SYSS, siglas en inglés), una organización neutral compuesta por voluntarios budistas por la paz que velaban por la salud de la población, además de reconstruir aldeas y cuidar de niños huérfanos.

En uno de los libros de Thay —término vietnamita para designar a un maestro—, cuenta cómo un día en una misión a una aldea remota se encontró con un soldado estadounidense en un claro del bosque.

Para romper el hielo, Thay comenzó con él una pequeña conversación y se dio cuenta de que aquel soldado pensaba que él era un Vietcong. Cuenta que vio en su mirada el miedo y la disposición de coger su arma para dispararle de inmediato.

Sin embargo, Thay decidió no hacer nada al respecto y, por lo tanto, no actuó de la misma manera que el soldado. Se propuso calmar la situación con una presencia consciente, sin perder la cabeza y desobedeciendo a su propio instinto de supervivencia. Al reconectar con la respiración, recuperó el coraje para explicarle al hombre que solo era un monje que iba a una aldea para ayudar a los lugareños.

Al permanecer calmado, presente y receptivo, en lugar de reaccionar al gesto defensivo del soldado, logró cambiar la situación.

LA ESCUCHA COMPASIVA

«Escuchar profundamente puede ayudar a aliviar el sufrimiento de otra persona. Puedes llamarlo escuchar con compasión. Escuchas con un solo propósito: ayudarle a vaciar su corazón. Incluso si la otra persona dice cosas llenas de percepciones erróneas, llenas de amargura, seguirás escuchando con compasión (…)  Si quieres ayudarla a corregir su percepción, esperas a otro momento. En este momento, no interrumpas. No discutas. Si lo haces, perderás tu oportunidad. Solo escucha con compasión y ayúdale a sufrir menos. Una hora como esa puede traer transformación y curación».

Thich Nhat Hanh, cita de la entrevista con Oprah Winfrey

 

** Conferencia transcrita por Jaume Rosselló y publicada en la revista Integral n.º 22. Agradecimientos: Dr. Santi Giol y SNVB.

 

*** Algunos estudiosos de la mitología y los simbolismos asocian a Caín con el Tiempo y a Abel con el Espacio: el cazador Tiempo mató a su hermano Espacio. Desde entonces, un aspecto de esta vida es su temporalidad.

El camino al exilio

Estas experiencias de presencia consciente marcaron los discursos y lecciones que Thay comenzó a ofrecer en los años 60 en Estados Unidos, cuando pasó dos años enseñando religión comparada en la Universidad de Princeton y fue nombrado profesor de budismo en la Universidad de Columbia (1961-1963).

Además de sus clases, organizaba retiros para veteranos estadounidenses que luchaban por reconstruir la paz interior a partir de los estragos de la guerra de Vietnam, centrándose en la atención plena y el budismo comprometido, que más tarde se convertirían en la base rectora de su comunidad.

Regresó a Vietnam en 1963 para continuar trabajando con su Organización Juvenil, que, a pesar de toda la presión política, logró mantenerse neutral en el medio del conflicto, incluso cuando Thay tuvo que abandonar el país y se le prohibió regresar a su patria.

Antes de su exilio, enseñó en la Universidad Budista Vạn Hanh, una institución privada para estudios budistas, cultura vietnamita e idiomas, y viajaba de Vietnam a Estados Unidos y viceversa. En 1965 firmó en una carta con sus alumnos la declaración Call for Peace, que decía: «Es hora de que Vietnam del Norte y del Sur encuentren la forma de detener la guerra y ayudar a todos los vietnamitas a vivir pacíficamente y con respeto mutuo».

Aquello no fue bien recibido, y la institución fue atacada por las autoridades políticas del país.

El 1 de mayo de 1966, en el templo vietnamita de Từ Hiếu, Thich Nhat Hanh recibió la llamada «transmisión de la lámpara», que lo convirtió en un dharmacharya—un maestro del dharma— del maestro Zen Chân Thật.

 

Enemigo del gobierno vietnamita

Que su país le cerrase las puertas no impidió que Thay siguiera adelante con su compasivo proyecto de paz.

En 1965 escribió una carta a Martin Luther King Jr., ganador del Premio Nobel de la Paz de 1964, titulado En busca del enemigo del hombre. Conoció personalmente a King durante su visita en 1966 y lo instó a denunciar públicamente la Guerra de Vietnam.

Finalmente, eso sucedería en 1967 en el discurso de Riverside Church en la ciudad de Nueva York, donde Martin Luther King Jr. se convirtió en la primera personalidad norteamericana que cuestionó públicamente la participaciónde Estados Unidos en la guerra.

Ese mismo año, el reverendo afroamericano nominó a Thich Nhat Hanh para el Premio Nobel de la Paz, que en 1967 no fue otorgado a nadie: el hecho de que King nombrara públicamente a su candidato violaba la tradición.

Extracto de la carta de Thich Nhat Hanh a Martin Luther King Jr.

«Sé que el acto de quemarse a sí mismos de los monjes budistas vietnamitas en 1963 es difícil de entender para la conciencia cristiana occidental. (…) Pero arder en el fuego es demostrar que lo que uno dice tiene suma importancia. No hay nada más doloroso que quemarse. (…)

Creo con todo mi corazón que los monjes que se quemaron a sí mismos no apuntaban a la muerte de los opresores, sino a un cambio en su política. Sus enemigos no son los hombres. Son la intolerancia, el fanatismo, la dictadura, la codicia, el odio y la discriminación que se encuentran en el corazón del hombre. También creo con todo mi ser que la lucha por la igualdad y la libertad en Birmingham, Alabama… no está dirigida a los blancos sino a la intolerancia, el odio y la discriminación. Estos son los verdaderos enemigos del hombre, no el hombre en sí mismo (…) Por favor, maten a los verdaderos enemigos del hombre que están presentes en todas partes, en nuestros propios corazones y mentes. (…)

Al escribirle a usted, como budista, profeso mi fe en el Amor, en la Comunión y en los Humanistas del Mundo, cuyos pensamientos y actitud deberían ser la guía para toda especie humana al encontrar quién es el verdadero enemigo del Hombre».

Thich Nhat Hanh, 1 de junio de 1965

Como resultado de la nominación del Premio Nobel de la Paz, Thay fue exiliado por el gobierno de Vietnam. Obtuvo el derecho de asilo en Francia, desde donde se dedicó a apoyar a las personas que sufrían en su país de origen.

A pesar de todos sus esfuerzos por la paz, no recuperó la confianza del recién formado nuevo gobierno comunista en 1973, después de la firma del Tratado de Paz de París. Permaneció expulsado de su país de origen hasta el 2005.

 

El orden del inter-ser

La palabra «inter-ser» me hace pensar desde hace una década, cuando leí por primera vez sobre este concepto de Thay. No obstante, me conmovió profundamenteen tiempos recientes, en medio de un retiro de una semana que hice el año pasado en el centro budista tibetano de Oseling, en las Alpujarras.

El concepto de interrelación de Thay arroja luz sobre cómo estamos todos conectados; por ejemplo, a través de este papel impreso que tienes en tus manos, leyendo la revista Integral; y cómo esta conexión entre todos los seres existentes enlaza nuestras vidas de manera profunda e invisible.

EL “INTER-SER”

«En esta hoja de papel que sostienes entre tus manos flota una nube. Sin nubes no hay lluvia, y sin lluvia los árboles no pueden crecer; sin árboles, no podemos elaborar papel. La nube es esencial para que exista el papel. Si la nube no estuviera aquí, la hoja de papel tampoco estaría, de modo que la nube y el papel existen conjuntamente.

Si miramos más a fondo esta hoja de papel, podemos ver cómo en ella brilla el sol. Sin luz solar el bosque no crece; nada crece. Ni siquiera nosotros podemos crecer sin la luz del sol. Por tanto, vemos que en esta hoja de papel también brilla el sol; el papel y el sol existen conjuntamente.

Y si seguimos mirando, veremos al leñador que cortó el árbol y lo llevó al molino para convertirlo en papel. Y veremos el trigo. Sabremos que el leñador no puede sobrevivir sin su pan cotidiano, y por tanto el trigo del que procedía su pan también está contenido en esta hoja de papel. Y también están presentes los padres del leñador.

Si profundizamos todavía más, veremos que nosotros también estamos en ella, porque cuando observamos una hoja de papel ésta forma parte de nuestra percepción.

Por tanto, en esta hoja de papel está todo. No puedes encontrar una sola cosa que no esté en ella: el tiempo, el espacio, la tierra, la lluvia, los minerales del suelo, la luz del sol, la nube, el río, el calor… Todo coexiste en esta hoja de papel.”

«Ser» es «inter-ser». Tú no puedes existir por tu cuenta, aislado. Has de inter-ser con todo lo demás. Esta hoja de papel existe porque existe todo lo demás. Aun siendo tan fina como es, esta hoja de papel contiene en su interior todo lo que hay en el universo».

Thich Nhat Hanh

Unos años antes de su exilio, Thay estableció su propia orden de budismo Mahayana en Saigón, que a día de hoy lleva el nombre de la Orden del Inter-ser.

Los primeros seis monjes fueron ordenados en 1966, luego hubo una larga pausa en la ordenación de nuevos monjes y monjas para unirse a la orden debido al exilio de Thay. En 1981, invitó a unirse a algunos de los muchos estudiantes laicos y monásticos que habían estudiado y practicado con él en Occidente. En 2006, la Orden había crecido hasta incluir aproximadamente a 1000 practicantes laicos y 250 practicantes monásticos fuera de Vietnam.

Tiep Hien, como se le llama en vietnamita, es un pueblo comunitario que se ha comprometido a vivir sus vidas de acuerdo con los Catorce Entrenamientosde Conciencia plena, una destilación de las enseñanzas del Bodhisattva (Ser Iluminado) del Budismo Mahayana.

En el corazón de la práctica se encuentra la lectura moderna de los conceptos tradicionales de Bodhisattva, creados por Thay. Al unirse a la Orden del Inter-ser, se dedican a la práctica continua de la atención plena, el comportamiento ético y la acción compasiva en la sociedad.

Hoy estos entrenamientos definen la forma de vivir armoniosamente en los nueve centros internacionales establecidos por Thay y sus seguidores. En la actualidad, hay más de 2.000 hombres y mujeres laicos miembros de la Orden en las comunidades locales de todo el mundo.

 

El surgimiento del Mindfulness

Mindfulnesses una palabra muy elegante y, hoy en día, muy utilizada y reconocidaen el mundo empresarial. Significa permanecer en el momento presente, algo que siempre ha sido practicado en las enseñanzas budistas.

En su forma actual, se hizo muy conocida por el trabajo de Jon Kabat-Zinn, profesor estadounidense emérito de medicina y creador del programa Mindfulness Based Stress Reduction(MBSR) que fue estudiante de Thich Nhat Hanh.

Las enseñanzas de Thay ofrecen una forma modernizada de comprender y aplicar la sabiduría milenaria del budismo.

El Mindfulness ayuda a cultivar la concentración y la comprensión que nos liberan del miedo y la ilusión de un yo separado.

Las pautas recogidas en las Catorce Enseñanzas de la Atención Plena se condensan en la Enseñanza de las Cincos Conciencias, tal como Thay las describe en su sitio web:

«El primer entrenamiento – Reverencia por la vida– es proteger la vida, disminuir la violencia en uno mismo, en la familia y en la sociedad. El segundo entrenamiento,La verdadera felicidades practicar la justicia social, la generosidad, no robar y no explotar a otros seres vivos. El tercero, El amor verdadero, es la práctica del comportamiento sexual responsable para proteger a las personas, las parejas, las familias y los niños. El cuarto, El discurso amoroso y la escucha profunda, es la práctica de la escucha profunda y el discurso amoroso para restaurar la comunicación y la reconciliación. El quinto – Nutrición y sanación– trata sobre el consumo consciente para ayudarnos a no traer toxinas y venenos a nuestro cuerpo o mente.

Estos Cinco entrenamientos de Mindfulness se basan en los preceptos desarrollados durante los tiempos de Buda (…) y la atención plena está en la base de cada uno de ellos. Con atención plena, somos conscientes de lo que está sucediendo en nuestro cuerpo, en nuestro sentimiento, en nuestra mente y en el mundo, y evitamos así hacer daño a nosotros mismos y a los demás (…) Cuando somos conscientes, vemos que, al abstenernos de hacer una cosa, podemos evitar que ocurra otra. Llegamos a nuestra propia visión única.»

CÓMO AMAR

«Amar sin saber amar hiere a la persona que amamos. Para saber cómo amar a alguien, debemos entenderlo. Y para entender, tenemos que escuchar.

Cuando amas a alguien, debes tener la capacidad de brindar alivio y ayudarlo a sufrir menos. Esto es un arte. Si no comprendes las raíces de su sufrimiento, no puedes ayudar, al igual que un médico no puede ayudar a curar una enfermedad si no conoce la causa. Hay que comprender la causa del sufrimiento de su ser querido para ayudar a aliviarlo.

Cuanto más entiendes, más amas; cuanto más amas, más entiendes. Son dos lados de una realidad. La mente del amor y la mente del entendimiento son una misma cosa».

Thich Nhat Hanh

Desde la comunidad de Sweet Potato hasta los centros de Plum Village

La firma del Tratado de Paz de París (1973) no trajo el reencuentro esperado entre Thay y el nuevo gobierno vietnamita, que continuó viviendo en el exilio.

Thay y su hermana Chan Khong establecieron la llamada Comunidad del Boniato en Francia (1975) que, en pocos años, a medida que la comunidad creció, se convirtió en el Centro Budista Plum Village en Dordogne, Francia.

Actualmente, hay nueve centros monásticos Plum Village —traducido,«pueblo del ciruelo»— y todos ellos aceptan visitantes para vivir con ellos y seguir sus entrenamientos de Mindfulness. Hay dos centros en Francia, y los otros se encuentran en los EE.UU. (Nueva York, California y Mississippi), Alemania,Australia, Hong Kong y Tailandia.

No fue hasta 2005 cuando Thay pudo viajar a su tierra natal, aunque su visita no fue tan pacífica como deseaba. El monje seguía siendo el centro de ataques políticos y de organizaciones budistas vietnamitas que creían que la visita de Thay había sido manipulada por el gobierno de Hanoi.

A día de hoy, Thich Nhat Hanh continúa residiendo en Francia y, bajo su liderazgo espiritual, el Plum Village ha pasado de ser una pequeña granja rural a ser el monasterio budista más grande y activo de Occidente, con más de 200 monásticos residentes y hasta 8000 visitantes cada año, que vienen de todo el mundo para aprender el arte de la vida consciente.

Su salud es frágil ya que, en 2014, a los 88 años, sufrió una hemorragia cerebral severa. Después de una larga hospitalización, regresó a vivir al Plum Village en enero de 2016.

El cultivo de la atención sigue siendo su actividad principal, y si tenemos alguna duda de por qué, Thay nos ofrece un buen resumen:

«Las energías de la atención plena, la concentración y la comprensión pueden liberarnos de nuestra ansiedad y preocupaciones. Dejamos ir el pasado y el futuro y entramos en contacto con las maravillas del presente».

SEIS TÉCNICAS DE MINDFULNESS PARA EL DÍA A DÍA

  1. Respiración consciente. «Estás respirando y, al respirar, sabes que estás vivo», dice Thay. El solo hecho de respirar es una causa para celebrar. Debes comenzar celebrando la vida.
  2. Concentración. «Nadie puede tener éxito en el arte de la meditación sin haber pasado la puerta de la respiración». Al centrarte en el proceso de inspiración y expiración, te sentirás relajado. Y este estado de relajación te ayuda a desarrollar una mente clara. La concentración se desarrolla a medida que sigues acompañando tu respiración, y dejas que tu mente siga su flujo.
  3. Conciencia de tu cuerpo. Este es el tercer paso. Una vez practicada la respiraciónconsciente, puedes comenzar a sentir tu cuerpo y a conectarte con tu energía. «Debido a que estás vivo, todo es posible».
  4. Liberando la tensión. Como dice Thay, «Dejar ir nos da libertad y la libertad es la única condición para la felicidad». Una vez tomes conciencia de tu cuerpo, te darás cuenta del dolor y la tensión que se han acumulado con el tiempo. Ha estado ahí tanto tiempo que ni siquiera sabías que tu cuerpo sufre por eso. Es esencial encontrar formas de liberarlo.
  5. Meditación caminando. No es un paseo cotidiano por el parque. Se realiza de forma más lenta y requiere coordinación de movimientos. Debes lograr que cada paso esté alineado con tu respiración. Es una meditación definitivamente agradable. «Camina como si estuvieras besando la Tierra con tus pies», nos aconseja.
  6. Meditación sonriente. Cuando estés relajado en tu meditación, lleva tu atención a tu rostro, a tus labios, y curva tu boca en una sonrisa ligera. «A veces tu alegría es la fuente de tu sonrisa, pero a veces tu sonrisa puede ser la fuente de tu alegría», asegura Thich Nhat Hanh.

Anna Sólyom

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