Sentir con el corazón al decidir

La información y la relación mente-cuerpo

Montse Balada fue directora de operaciones y financiera en varias multinacionales hasta el 2013. A los treinta y tres años atravesó una profunda crisis espiritual que la llevó a una búsqueda de respuestas frente a situaciones que atravesaba que parecían no tener ni mucha lógica ni sentido para ella. Esa búsqueda fue el inicio de su investigación y estudio acerca de la capacidad del corazón junto con el cerebro. Supo que esa era su labor: hacer llegar a las personas el conocimiento de la gran capacidad del corazón.

Textos del Dr. Paul Pearsall*, presentados por Montse Balada

¿Un corazón «pensante»?

Nuestra comprensión del corazón como un órgano sensible, al igual que la idea que tenemos acerca de las milagrosas complejidades del cerebro, data de hace más de un siglo. En comparación con el rápido progreso del estudio del cerebro, las investigaciones sobre el corazón, considerándolo como algo más que una bomba impulsora, se están realizando de forma mucho más lenta.

Las hipótesis centrales sobre la energía que, conteniendo información, es comunicada por el corazón fueron originariamente propuestas por los doctores Gary E. Schwartz y Linda G. Russek. Tales trabajos se hallan tan comprobados y tan claramente expuestos como cualquier otro tipo de suposiciones científicas; pero la idea de un corazón «pensante» y de la energía que lleva en sí información, como puntos de partida para un estudio ulterior, parece ser difícil de aceptar para muchos científicos.

El doctor Gary Schwartz es profesor de psicología, neurología y psiquiatría, y director del Laboratorio de Sistemas Energéticos Humanos de la Universidad de Arizona. Su asociada, la doctora Linda Russek, es una investigadora en el campo de la psicología en el Servicio de Salud Estudiantil de la Universidad de Harvard, y codirectora del Laboratorio de Sistemas Energéticos Humanos. Forman un equipo sensible, creativo y vigoroso que se ha mostrado interesado siempre en «(sistemas» o puntos de vista interactivos sobre el funcionamiento de la vida.

Una nueva forma de medicina

Han dedicado sus vidas profesionales a intentar crear una nueva forma de medicina, al margen de las múltiples formas existentes de curar, y jamás se han asustado por tener que poner a prueba los principios psicológicos y médicos ya aceptados.

Ambos han combinado el campo de la biología, de la nueva física que estudia la energía sutil y el mundo invisible de lo atómico con la cardiología moderna, para poder explicar la naturaleza infoenergética del corazón más allá de lo que los escépticos consideran como un permanente impulso por mitificar el corazón.

«Sistemas dinámicos de memoria»

Basan su campo de energía cardiológica en lo que llaman «(teoría de los sistemas dinámicos de memoria»; es decir, la idea de que todos los sistemas están cambiando constantemente una energía mutuamente influenciable, que contiene información que altera los sistemas que toman parte en el intercambio.

Ofrecen cuatro hipótesis para explicar cómo las células pueden ser capaces de extraer recuerdos de la infoenergía que circula constantemente por el cuerpo impulsada por el corazón. Seguidamente expongo de forma más detallada esas hipótesis.

1. Información y energía son la misma cosa. Todo cuanto existe tiene energía; la energía está llena de información, y la infoenergía almacenada conforma la memoria celular. Basándose en teorías e investigaciones hechas en el campo de la biología y otras ciencias, se puede afirmar que todos los sistemas vivos son, por su propia naturaleza, manifestaciones de la energía que contienen la información (memoria) de lo que son y de cómo funcionan.

Para los científicos, el término «sistema» hace referencia a un conjunto de interacciones entre unidades inseparables. Desde la interacción entre las partes más pequeñas del interior de una simple célula, al intercambio de informaciones entre los miembros de una familia a la hora de comer, hasta la energía que va y viene entre estrellas y planetas, todo existe en una continua relación infoenergética. Y desde el momento en que todos los sistemas son un «tejido, de energía que contiene información, todos los sistemas también están intercambiando constantemente memoria.

2. Manifestaciones de energía. Lo que llamamos mente, conciencia o nuestras intenciones son realmente manifestaciones de energía que contiene información. Basándose en lo aprendido en la física moderna, información y mente parecen ser una y la misma cosa. Lo que llamamos energía «L» es el código básico de la vida, y lo que nuestro sistema» recuerda como «quiénes» somos. La energía es la capacidad para trabajar y la fuerza que conlleva nuestro código de vida personal (nuestra memoria sistémica) con la información que contiene.

La información es lo que otorga forma y estructura a un sistema y la energía es la fuerza o función que mueve un sistema, conecta todos los aspectos de ese sistema y ayuda a éstos a conectarse y comunicarse.

Desde el momento en que todos los sistemas se hallan conectados y comparten formas de la misma energía, todos los sistemas comparten también una memoria común.

3. El corazón es el principal generador de infoenergía. El corazón está lanzando formas de infoenergía que regulan órganos y células por todo el cuerpo. Cada célula corporal se halla literalmente bañada por la infoenergía generada por el corazón.

Desde el momento en que el corazón es el generador y transmisor principal de infoenergía, es el centro de recogida de los sistemas vitales, es decir, de la memoria celular.

4. Lo que somos y cómo somos. Debido a que somos manifestaciones de la infoenergía que llega, flota y es enviada constantemente a y desde nuestro sistema celular total, lo que somos y cómo somos no es más que una representación física de un conjunto recuperado de memorias celulares. Basándonos en la biología celular, sabemos que ciertas moléculas tienen muy buena memoria porque son asimismo muy buenas para almacenar una información compleja y codificada.

Por ejemplo, el ADN es un ácido nucleico encontrado en el núcleo de todas las células que contiene información genética que determina, hasta un punto todavía por especificar, no sólo cómo podemos mirar, sino también qué tipo de enfermedades podemos desarrollar, lo gruñones o cariñosos que somos, e incluso la duración de nuestras vidas.

Todas las células tienen energía, de la misma manera que todas las células contienen y comparten información. Todas las células almacenan memorias infoenergéticas, y nuestro corazón, por la propia naturaleza de su inmenso poder, con millones de células latiendo al unísono y localizadas en el centro de nuestro cuerpo, es el órgano central que impulsa constantemente energía desde, entre y hacia todos los demás órganos y células. Debido al código del corazón y a la memoria celular que desarrolla, cada célula de nuestro cuerpo se vuelve una representación holográfica o completa de nuestro corazón energético.

Cardioenergética

Algunas de las ciencias que han contribuido a la cardioenergética, como la psiconeuroinmunología, la neurocardiología y la moderna física que estudia la función de la energía sutil que denomino energía «L», sólo tienen unas pocas décadas. También ellas están enfrentándose a ciertas resistencias por parte de algunos científicos que van más allá de un necesario y saludable escepticismo, y algunos de sus hallazgos han sido distorsionados y magnificados por quienes poseen muy poca cautela.

Trabajar en energía cardiológica y en cardioenergética es complicado, porque muchos de los procesos que tienen que ver con el código del corazón son extremadamente sutiles y, hasta ahora, imposibles de medir por la mayoría (cuando no por todos) de nuestros actuales instrumentos científicos.

El intermediario sutil y profundo

La Cardioenergética fue fundada por el Dr. Gary Schwartz y Linda Russek. Se nutre de la psiconeuroinmunología y la física cuántica, sostiene que es el corazón y no el cerebro es el intermediario sutil y profundo de nuestros pensamientos, sentimientos, temores y sueños más básicos. Por ello el corazón se convierte en nuestro cerebro mayor o nuestro cerebro afectivo.

Considera que la energía y la información son intercambiables y la infoenergía es transportada y comunicada primariamente por el corazón.

La hipótesis cardioenergética de que la energía y la información son intercambiables puede significar que incluso las cuatro categorías de energía (la gravedad, la energía electromagnética, la energía atómica fuerte y débil) que la ciencia acepta, contengan un código que indique quiénes somos. Y si quienes somos es, al menos en parte, una representación de nuestra alma, entonces todos los tipos de energía son formas vitales de la fuerza de la vida.

Alcances de la cardioenergética

El corazón, nuestro órgano más poderoso…

● responde directamente al medio ambiental ● es un conductor de la energía de las células corporales ● es un sistema dinámico ● reserva con la energía que contiene información ● es la fuerza organizativa fundamental del cuerpo ● es el centro del sistema corporal ● habla y envía información.

La posibilidad de una quinta fuerza

Esta posibilidad no debería ser desestimada solo por el hecho de que actualmente no nos sea posible medirla con nuestros instrumentos ni podamos comprender la naturaleza de su información codificada.

La energía cardiológica y la cardioenergética ayudan a explicar el misterio que la medicina moderna no es capaz de desvelar. Proporcionan una teoría de como los billones de células altamente especializadas pueden funcionar como un todo amoroso, organizado, responsable, memorístico e interactivo. Sugieren que la energía sutil del corazón y las memorias celulares que crea esta energía son las piezas que faltan en el más sagrado de los rompecabezas; el que constituye la vida y su significado.

«La persona necesita recordar que el corazón es nuestra brújula frente a la ignorancia de las apariencias. Hay que aprender de nuevo a sentir, ya que cuanto más dependemos del saber, más difícil nos resulta sentir»,

Montse Balada (Barcelona, 1972), formadora en el método ‘Corazón cuántico’.

«Todos los sistemas están cambiando constantemente una energía mutuamente influenciable, que contiene información que altera los sistemas que toman parte en el intercambio» (Dr. Gary Schwartz y Dra. Linda Russek)

* «El código del corazón»,” del Dr. Paul Pearsall.

Salir de la versión móvil