PRITHIVI NAMASKAR, SALUDO A LA MADRE TIERRA

Texto: Helen Casanovas  Fotografía: Indira de la Vega

Prithivi Namaskar, el Saludo a la Tierra, es una secuencia de yoga en la honramos a la Madre Tierra y le agradecemos todo aquello que nos brinda a diario: nutrición, abundancia, sostén, firmeza y seguridad. Esta secuencia de asanas (posturas) nos conecta con la energía de la Tierra, nos armoniza y enraíza, permitiéndonos sentir nuestro cuerpo y anclarnos al momento presente.

En el panteón hindú la diosa Prithivi es la personificación del Planeta Tierra. Considerada la diosa madre, «la que todo lo sostiene», algunas tradiciones la identifican con una de las dos esposas del dios Visnú -siendo la otra Laksmi– mientras que otras la consideran directamente otra forma de la misma diosa Laksmi.

Se acostumbra a representar como una mujer de piel verde y cuatro brazos y se asocia a la vaca. De hecho, en muchos mitos adquiere la forma de este animal sagrado que representa la fecundidad, la maternidad y la nutrición por todo aquello que provee a los seres vivos.

Prithivi es también la esencia del elemento tierra. En la tradición ayurvédica, el elemento Tierra se conoce como Prithivi Tattva y sus cualidades son la solidez, la dureza, la firmeza y la estabilidad. En el cuerpo representa las estructuras sólidas (huesos, cartílagos, uñas, músculos, tendones, piel).

A nivel energético, el elemento tierra se relaciona con el primer chakra, Mulhadara. Este centro energético se relaciona con la existencia material, con las necesidades más básicas de supervivencia y con todo aquello que nos enraíza y nos da unos cimientos sólidos para sentir la estabilidad en nuestra vida, como la comida, la profesión, el abrigo o cobijo.  Cuando este chakra está equilibrado nos sentimos seguros, positivos y con confianza en la vida. Por el contrario, cuando está desbalanceado nos sentimos inseguros, vulnerables, tristes, vivimos con miedo o nos sentimos incapaces de controlar nuestra vida.

El elemento tierra tiene la capacidad de anclarnos a nuestro cuerpo, a la realidad física y al momento presente aportándonos seguridad, coraje y confianza.

El culto a la Madre Tierra

La Madre Tierra ha sido venerada en numerosas tradiciones de todo el mundo desde la antigüedad. Ya en la prehistoria la Madre Tierra era uno de los principios del Sagrado Femenino, de la Madre Cósmica nutridora y sostenedora de toda la vida. Muchos ritos y celebraciones muestran una relación mística entre la fertilidad del suelo y la fuerza creadora de la mujer. Si nos fijamos, en la mayoría de lenguas el vocablo Tierra es del género femenino. Para los pueblos andinos es Pachamama, la diosa suprema, la madre que engendra la vida, la nutre y la protege. Para los antiguos griegos, Gaia; Tonantzin en la cultura mexicana o Anat en la mitología egípcia.

El culto a la Madre Tierra está despertando de nuevo con fuerza, ya que es más urgente ahora que nunca cuidarla, protegerla, respetarla y vivir en armonía con ella. Honrarla es esencial para devolver a la Madre todo lo que nos brinda cada día con toda su generosidad y amor. Ella es la Madre paciente que da sin esperar nada a cambio, que está siempre nutriéndonos y sosteniéndonos. Vivir en harmonía con la Madre Tierra y sus ritmos significa vivir en harmonía con nosotras mismas.

Prithivi Namaskar, Saludo a la Madre Tierra

Existen numerosas secuencias de yoga (conjunto de posturas realizadas en un orden concreto con unos determinados objetivos) y la más popular actualmente es, sin duda, alguna el Saludo al Sol -que tradicionalmente se practica a primera hora del día para honrar al astro Sol y calentar nuestro cuerpo y prepararlo para empezar la jornada-.

En el Saludo a la Madre Tierra, Prithivi Namaskar, la honramos y le agradecemos todo aquello que nos ofrece a diario (amor, nutrición, abundancia, sostén, firmeza y seguridad).  Esta secuencia también nos conecta con nuestro cuerpo y con la energía de la Tierra, ayudándonos a enraizarnos, a sentir el momento presente y a volver a nuestro centro.

La secuencia que describo a continuación es la primera parte de una de las versiones del saludo a la Tierra y que comparto desde mi humildad y respeto a aquellos maestros y maestras que la han transmitido. La secuencia está formada por trece posturas y en este artículo os muestro las siete primeras. Recuerda que la intención principal es honrar y agradecer desde el corazón a la Madre Tierra todo aquello que incondicionalmente nos regala cada día. Te invito a realizarla enfocándote en esta intención poniendo especial atención a la fuerza, la estabilidad y la seguridad que cada postura te transmite. Deja que la energía vital circule por tu cuerpo conectando con la sabiduría de la tierra, sintiéndote sostenida por ella.

Recomendamos practicar siempre con una persona experta que te guie y ayude de manera personalizada.

1. Tadasana (Postura de la Montaña)

Ejecución de la postura: Sitúate de pie, con los pies juntos y el cuerpo firme y los brazos separados del cuerpo, con las palmas de las manos hacia a la tierra. Tu cuerpo forma un triángulo donde la cabeza es el vértice superior y los brazos dos de los lados del triángulo.

Siente la conexión de las plantas de las manos y de los pies con la tierra.

Duración: entre 3 y 5 minutos.

Afirmación: «Amada Madre Tierra, te siento y conecto contigo aquí y ahora».

2. Chatuskonasana (Postura del Cuadrado)

Ejecución de la postura: Manteniendo los pies donde están, flexiona el torso hacia adelante, desde la cadera hasta que el tronco quede paralelo al suelo. Los brazos cuelgan en línea con los hombros y quedan perpendiculares al suelo. Lleva la mirada hacia el suelo para que las cervicales se mantengan en línea con la columna. Si sientes mucha tensión en las piernas flexiónalas ligeramente.

Duración: entre 5 y 10 respiraciones.

Afirmación: «Me inclino ante tu grandeza y majestuosidad».

3. Utthita Utkatasana (Postura Potente hacia el Cielo)

Ejecución de la postura: Manteniendo los pies en el suelo sin elevar los talones, dobla las rodillas como si fueras a sentarte en una silla y eleva los brazos con las palmas de las manos unidas hacia el cielo. Mantén los hombros hacia abajo. Siente los pies enraizados a la tierra a la vez que te elevas hacia el cielo.

Duración: entre 5 y 10 respiraciones.

Afirmación: «Te doy las gracias por todo lo que me regalas cada día con tu amor incondicional».

4. Adhara Utkatasana (Postura Potente hacia la Tierra)

Ejecución de la postura: Manteniendo las rodillas flexionadas, separamos las manos y los brazos y cerramos los puños. Flexionando el tronco hacia adelante hasta colocar los puños en el suelo separados al ancho de los hombros. Las plantas de los pies y los puños se conectan con fuerza a la Tierra.

Duración: entre 5 y 10 respiraciones.

Afirmación: «Gracias por tu sostén y tu fuerza.»

5. Uttanasana (Postura de Flexión hacia adelante)

Ejecución de la postura: Coloca las manos en el suelo, más cerca de los pies relajando el tronco y la cabeza hacia adelante. Las piernas se deberían estirar un poco más que en la postura anterior, pero mantenlas flexionadas ligeramente en caso de sentir mucha tensión.

Duración: entre 5 y 10 respiraciones.

Afirmación: «Gracias por tu nutrición y protección.»

6. Laksmiasana (Postura de la Diosa Laksmi)

Ejecución de la postura: Inhalando, flexiona rodillas hasta quedarte en posición de cuclillas y sube los brazos con las palmas de las manos hacia delante y los talones en el suelo (puedes colocar una manta si no llegan al suelo o bien sentarte directamente sobre un bloque de yoga).

Duración: entre 5 y 10 respiraciones.

Afirmación: «Hoy vengo a decirte que estoy lista para despertar y recordar.»

7. Baddha Konasana (Postura del Ángulo Atado)

Ejecución de la postura: Siéntate en el suelo y junta las plantas de los pies. Sujeta los tobillos con las manos.  Alarga la columna y abre el pecho.

Duración: entre 5 y 10 respiraciones.

Afirmación: «Hoy vengo a decirte que estoy lista para reconectar con mi sabiduría interior, que es también la tuya»

Encontrarás la secuencia completa en mi canal Vimeo

¡Que disfrutes de tu práctica!

Helen Casanovas es profesora de yoga y danza. Actualmente imparte clases grupales e individuales de hatha, ashtanga,  vinyasa y yoga danza en la provincia de Barcelona. También organiza círculos de mujeres y talleres enfocados en la energía femenina, la ciclicidad y el despertar femenino.

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