Plantas medicinales para el hígado y la vesícula biliar

Con esta segunda parte completamos una breve mirada al montón de plantas que ejercen una acción beneficiosa en caso de trastornos del hígado y de la vesícula biliar. Incluimos también el Desmodio (Desmodium adscendens), que también es eficaz en forma de suplemento.

Textos: Redacción de Integral, con informaciones de Frederic Vinyes (médico naturista)

RÁBANO (Raphanus sativus). Se trata de una hortaliza que, al igual que la col y la mostaza, pertenece a la familia de las crucíferas. Existen numerosas variedades, pero con fines medicinales se utiliza preferentemente el rábano negro.

Constituye un antiguo remedio popular en el tratamiento de las enfermedades de la vesícula biliar. Su acción medicinal se debe fundamentalmente a un efecto tonificante del intestino (musculatura lisa) que produce un aumento del peristaltismo intestinal, con lo que se favorece la evacuación intestinal e indirectamente se desarrolla una acción beneficiosa sobre el hígado y la vesícula. Una acción reafirmada por la influencia positiva que se manifiesta sobre la flora bacteriana intestinal y que tonifica la vesícula y vías biliares.

Cómo se toma

  • En zumo y rallado. Del rábano utilizamos el zumo que de él se obtiene, tras un adecuado troceado y prensado. Para reducir o anular el fuerte sabor picante que posee, es recomendable enfriarlo, previamente, dejándolo un par de horas en la nevera. Se tomarán de 150 a 200 cc. al día, repartidos en 3 o 4 tomas.

El zumo del rábano (o el rábano crudo rallado empleado, por ejemplo, como aditivo para las ensaladas) está especialmente indicado en aquellos pacientes con molestias crónicas de la vesícula biliar, a consecuencia de las cuales suelen presentar trastornos digestivos (dispepsias) y estreñimiento.

Conviene tener en cuenta que, para que su acción medicinal surja efecto, debe tomarse durante un tiempo limitado, en forma de cura de 3 o 4 semanas, pues su acción no es tan rápida como la de ajenjo o la de la alcachofa. Por otra parte, no todas las personas lo toleran bien, produciendo en algunas ardores de estómago, especialmente en las de hábito asténico (delgadas, sensibles, etc.).

MENTA (Mentha piperita). La menta es una de las plantas medicinales más antiguas que se conoce y gracias a la gran cantidad de principios activos que posee, presenta un amplio campo de acción. Entre sus acciones principales cabe destacar:

  • Acción anti-emética: combate la presentación de naúseas y vómitos y es ligeramente anestésica de la mucosa del estómago.
  • Suave acción desinfectante (antifermentativa) combatiendo, especialmente a nivel del estómago, procesos de descomposición.
  • Notable acción colerética y colagoga, así como espasmolítica y carminativa.

Se indicará preferentemente en padecimientos del estómago cuya causa sea una latente colecistopatía (sobre todo en pacientes con «piedras» en la vesícula biliar). El efecto se complementa al presentar, además, una beneficiosa influencia sobre procesos fermentativos intestinales (fundamentalmente por disbacteriosis) y sobre padecimientos pancreáticos crónicos.

Cómo se toma

  • Infusión (hojas): de 1 a 2 cucharaditas por taza de agua hirviendo. Se deja reposar de 10 a 15 minutos y se toma a pequeños sorbos, durante o después de las comidas. En este caso, es conveniente endulzar la infusión con un poco de miel.
  • Tintura: de 10 a 20 gotas, en ½ vaso de agua. Se empleará preferentemente en el tratamiento sintomático aislado, pero no duradero de los padecimientos de la vesícula y vías biliares.

Otras plantas interesantes para el hígado y la vesícula biliar:

ESPLIEGO (Lavandula officinalis). Su excelente y apreciado aroma lo debe a un aceite aromático que contiene, cuyas diferentes indicaciones corresponden a otro artículo (como espliego, ver Integral 6, 228, 390, 438, 476; y como lavanda, ver Integral 404, 411 y 442). Aquí interesa mencionar una cierta y probada acción colerética y colagoga. No se suele emplear aisladamente, sino en combinación con otras plantas, es decir, como complemento. Acciones parecidas las desarrollan el romero (Rosmarinus officinalis) y el maro (Teucrium marum).

BOLDO (Peumus boldo). Planta originaria de Chile que suele emplearse en forma de infusión, combinada con otras plantas medicinales, en el tratamiento de ciertas dolencias del estómago, intestino y vesícula biliar. Sus hojas contienen un aceite aromático y un alcaloide (boldina) que son los responsables de su notable acción estimulante de todo el tubo digestivo.

BELLADONA (Atropa belladona) Gracias a su alcaloide atropina, la belladona es la planta que mayor eficacia posee para combatir los espasmos del tubo digestivo de forma rápida y duradera. Sus indicaciones son múltiples, pero en este caso cabe destacar su poderosa acción para combatir trastornos funcionales (disquinesias) de la vesícula y vías biliares. Se la considera una planta venenosa, pero aquí conviene recordar la conocida frase de Paracelso: «Todo y nada es veneno. Sólo la dosis determina la toxicidad de una sustancia». Empleada en las dosis (tintura o extracto) que prescribe el médico, no constituye peligro alguno.

FUMARIA (Fumaria officinalis) Considerada como una «mala hierba» , su nombre proviene de la poderosa acción irritante que produce su humo («fumus») al ser quemada junto con otras malas hierbas. Al igual que la celidonia, pertenece a la familia de las papaveráceas y posee varios alcaloides que ejercen una marcada acción espasmolítica y reguladora del flujo biliar, de forma que lo aumenta o disminuye según esté previamente disminuido o aumentado, respectivamente. Exámenes clínicos han probado su buena acción para combatir tanto cólicos agudos de la vesícula biliar, como trastornos funcionales crónicos. Tras su administración se observa una mejoría de los dolores en la zona hepática, de la digestibilidad de las grasas y de los dolores de cabeza, náuseas y vómitos que suelen acompañar a las enfermedades de la vesícula biliar.

Cómo se toma

  • Infusión: 5 gramos (hierba entera) por 100 cc. de agua hirviendo. Se toman de 2 a 3 tazas al día (normalmente durante unos 10 días).
  • Extractos alcohólicos y preparados farmacéuticos.

CÚRCUMA (Curcuma longa) Planta originaria de Java. Su rizoma posee una poderosa acción colerética y colagoga. En los países asiáticos constituye un remedio popular para combatir padecimientos del hígado y en especial la ictericia. Puede ejercer cierta acción irritante sobre el estómago o incluso ardor de estómago en algunos casos. La cúrcuma es el principal componente del curry, y en estos últimos años se le han descubierto notables virtudes terapéuticas, al conseguir extractos en concentraciones muy elevadas.

REMOLACHA AZUCARERA (Beta vulgaris) Gracias a la betaína que posee, autores franceses han comprobado en ella una gran acción favorecedora de la regeneración de las células hepáticas a la vez que lipotrópica (movilización de la grasa del hígado). Está especialmente indicada en el tratamiento de la degeneración grasa del hígado (esteatosis hepática), empleándose en este caso en forma de extracto.

AGRIMONIA (Agrimonia eupatoria) Pertenece a la familia de las rosáceas. Debe considerarse como un “amarum tónicum» (tónico del aparato digestivo) por las sustancias amargas que contiene. Por su notable contenido en taninos, debe considerarse también como un suave antidiarreico.

Está especialmente indicada en los casos de padecimientos crónicos de la vesícula biliar junto con hipoclorhidria (menguada secreción de jugo gástrico en el estómago). Hay que tener presente, no obstante, que para conseguir éxito en el tratamiento, es preciso administrarla durante cierto tiempo.

Cómo se toma

Infusión (se emplea toda la planta) 1 cucharadita por taza de agua hirviendo.

DESMODIUM (Desmodium adscendens) es una planta herbácea rastrera o trepadora originaria de África Occidental. Crece de forma silvestre en las selvas tropicales y se enrolla preferentemente alrededor de los troncos de los árboles de cacao y palma aceitera. Sus tallos finos y vellosos sostienen hojas trifoliadas que recuerdan a las del trébol, y precisamente estas dos partes aéreas son las que se utilizan en fitoterapia (infusiones, cápsulas, polvo, soluciones en ampollas…)

Sus virtudes son bien conocidas en el Camerún, en donde la utilizaban ampliamente para los enfermos de ictericia o de hepatitis víricas. En Ghana se usa por su potencial antiespasmódico en caso de asma, pero también para tratar alergias repentinas, como las alergias digestivas. En 1970 empezó a generalizarse su uso en Francia y poco a poco en el resto de Europa.

Combinaciones terapéuticas

Según la finalidad terapéutica que pretendamos conseguir emplearemos unas u otras de las plantas medicinales mencionadas en este artículo, solas o combinadas con otras nuevas. Así, en el tratamiento de:

Padecimientos del hígado: tanto agudos, como crónicos: Sin lugar a duda es el cardo mariano la planta de elección.

Degeneración o infiltración grasa del hígado (Esteatosis hepática) con trastornos digestivos (dispepsia): La remolacha azucarera, gracias a su principio activo, la betaína, es la mejor planta disponible.

Trastornos de la vesícula y vías biliares (Colecistopatías), sean del origen que sean, y si a la vez pretendemos una acción protectora del hígado emplearemos: la alcachofa, el ajenjo y el cardo mariano.

Como comentamos en la primera parte de este artículo (ver Int. 528), las plantas de elección para el tratamiento de las colecistopatías son aquellas que ejercen, aparte de una acción colerética y colagoga, una acción carminativa, antiespasmódica y laxante (si el paciente padece además estreñimiento crónico; lo que suele ser frecuente). De todas formas, según la acción o acciones que queramos que predominen emplearemos unas plantas u otras. Por ejemplo:

  • Tisana que determina una notable producción y secreción de bilis.

Cardo mariano (acción protectora y curativa del hígado). Ajenjo (acción colerética-colagoga, carminativa y tonificante). Menta (acción colerética-colagoga, carminativa y espasmolítica). Diente de león (acción depurativa, activación del metabolismo del hígado, combate la formación de cálculos biliares). 1 cucharadita por taza de agua hirviendo. Dejar reposar unos 20 minutos. 3 tazas al día. Cura de 3 a 4 semanas de duración.

  • Tisana para padecimientos de la vesicula biliar, con una marcada acción carminativa y suave efecto laxante:

Menta (acción colerética-colagoga, carminativa, espasmolítica y antifermentativa). Milenrama (acción colerética-colagoga suave, carminativa, espasmolítica y anti-inflamatoria). Comino (poderosa acción carminativa). Hinojo (acción carminativa).

El hígado es el órgano más voluminoso del cuerpo humano. Con 1500 gramos de peso despliega una increíble actividad que merece más atención. Pronto repasaremos otras plantas interesantes, lo que le hace daño y los alimentos que le convienen.

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