Ortigas

Las propiedades curativas de la planta “que pica”

Artrosis, próstata, cálculos renales, eccema, dolor de cabeza, caída del cabello, inflamación de las vías urinarias… La ortiga (Urtica dioica) está entre las plantas medicinales más eficaces del mundo, por lo que debería ser un elemento indispensable en cualquier botiquín doméstico… y en la cocina.

 

Textos: Blanca Herp y Redacción de Integral
con informaciones del Dr. Alfred Vogel, Luis Miguel Oliveira y Dr. Frederic Vinyes (médico naturista)

Un recurso imprescindible

Las ortigas eran para mí lo más cercano a una mala hierba hasta el día en que unos amigos naturistas nos invitaron a tomar, en una cena temprana, una increíble crema-puré de ortigas. Aquella receta sigue siendo un pequeño secreto, pero todos podemos imaginarla; de hecho, en este mismo artículo os proponemos hacerla. El caso es que hoy, algunos practicantes de la agricultura ecológica comentan que lo más razonable sería dejarnos de remotas semillas, plántulas y esquejes para pasar a transformar el huerto en una auténtica plantación de ortigas, porque a menudo puede resultar más que suficiente para cuidar a toda la familia.

Y también es de buen agrado para los animales: a todos les encantan las ortigas, empezando por las gallinas y las mariposas. De todas formas, según Künzle, un conocido naturópata y herborista suizo, la ortiga habría desaparecido hace mucho tiempo de la faz de la Tierra si no fuese porque pica para alejar a todos aquellos que pretenden comerla, es decir, todos los animales del mundo (incluidos los humanos)… Hoy la ortiga es, entre otras cosas, un torrente de calcio de buena asimilación y de origen vegetal, ideal para nuestra salud.

 

La planta y elefecto urticante

La ortiga es una de esas plantas de las que todas las partes se aprovechan y resultan útiles; desde la raíz y el tallo a las hojas, las flores y las semillas. Es cierto que el contacto con sus hojas puede ser realmente molesto (incluso doloroso), y que tropezarse con una cuando se pasea desprevenido por el campo no es agradable, pero eso no debe empañar todo lo bueno que las ortigas pueden aportarnos.

El conocidísimo efecto urticante de las ortigas (que de hecho viene de la palabra latina que designa a esta planta: “urtica”) se debe a que están recubiertas, como si de un erizo se tratase, de pelos de sílice; tanto sus hojas como sus tallos e incluso sus frutos.

Los pelos más grandes son como verdaderas agujas hipodérmicas, capaces de atravesar la piel. Y en la base de esas púas se encuentra una ampolla llena de toxinas(histamina, acetilcolina, serotonina y ácido fórmico).

Al menor contacto, esas agujas atraviesan la piel las inyectan en ella, lo cual provoca una reacción del organismo con la aparición de granos y quemazón.

Las ortigas más también pueden aplicarse en forma de ortigaduras, que es un remedio naturista clásico.

Cómo recolectar las ortigas

Una vez secas o tras pasarlas por agua caliente, las ortigas ya no pican. No obstante, para poder agarrarlas y recolectarlas frescas sin ortigarse, lo más sencillo es utilizar guantes de goma gruesos.Si no hay guantes, se agarra la ortiga por su base, que es donde tiene menos pelos urticantes, pero teniendo en cuenta que su tallo fibroso puede ser muy difícil de romper (excepto en el caso de las plantas más jóvenes en primavera).

También se pueden coger las hojas de la parte superior de la planta con el pulgar y el índice, por un lado y por otro del tallo, y levantar la mano hacia arriba apretando con fuerza.

Los pelos de las ortigas más grandes son en su mayoría oblicuos y están dirigidos hacia la punta de la hoja, por lo que nos pincharemos menos agarrándola de esa manera (este método no funciona con variedades más pequeñas, como por ejemplo la Urtica urens, porque sus púas-pelusa salen en todas direcciones).

Antes se solía decir que cogerlas con la mano derecha y aguantando la respiración es un método eficaz para que no piquen; no obstante, lo mejor es tener a mano unos buenos guantes… Incluso así a veces podemos terminar ortigándonos en los brazos, las piernas o en cualquier parte del cuerpo que esté al descubierto.

En caso de contacto, se frota la zona afectada con hojas de la propia ortiga (pero, ojo: aplastadas) o con hojas de acedera o de llantén. También hay quien recomienda aplicar sobre la picadura hierbabuena (que suele crecer precisamente al lado de las ortigas), agua fría o incluso saliva.

En la cocina. Sopa de ortigas

¡A versi deja de sonarnos rara la idea de cocinar con ortigas! Haced la prueba y siempre las disfrutaréis. Su sabor puede evocar al de las espinacas… en mejor.

  1. La recolección. Las recogeremos en una zona en la que crezcan varias plantas (lo ideal es un mínimo de 3 m2) y elegiremos sólo aquellas que no estén floridas, siguiendo los consejos indicados.

Los brotes deben ser jóvenes y tiernos, por lo que la mejor fecha sería en los meses de abril o mayo. No obstante, las ortigas tienen un rebrote en otoño.

  1. Escoja únicamente brotes que tengan entre 30 y 40 cm de alto y elimine 15 cm de la parte superior. Cuando tenga unos 200 gramos, lávelos con abundante agua y córtelos en grandes trozos. Las ortigas son el hogar de muchos insectos, por lo que es importante lavarlas bien.
  2. Los ingredientes: aceite de oliva virgen extra, cebolla picada, patatas (opcional), agua, sal y pimienta.
  3. Calentar un poco de aceite de oliva en una olla que pueda contener hasta 1,5 litros. Añadir un poco de cebolla picada y se deja hacer a fuego suave durante 5 minutos, removiendo con frecuencia.
  4. Añada a continuación las ortigas cortadas en grandes trozos y algunas patatas cortadas si desea una sopa más espesa.

Incorporaremos las patatas a la receta sólo si vamos a consumir el mismo día de la preparación esta sopa-puré, pues las patatas cocinadas no se conservan bien, sobre todo en sopas; ni siquiera en el frigorífico.

  1. Añadimos 1,5 litros de agua y una pizca de sal y llevamos a ebullición. Una vez hierva, se deja cocer durante 20 minutos a fuego suave.
  2. Apartamos del fuego y mezclamos bien hasta obtener una textura de crema (puede usarse una batidora). La probamos y, si es necesario, corregiremos el sabor salpimentando al gusto.

Más allá de la sopa de ortigas

La ortiga es una de las plantas medicinales más poderosas del mundo. Por eso, aunque la sopa es muy saludable y deliciosa, no podemos perder de vista sus propiedades terapéuticas en otros preparados naturales: zumos concentrados, infusiones, cataplasmas e incluso los champús (recordad que muchos tratamientos anti calvicie incluyen las ortigas entre sus componentes).

Problemas de próstata, renales, infecciones urinarias, reumatismos, trastornos de articulaciones, eccemas y tratamientos cutáneos, alopecia… ¡hasta el dolor de cabeza!

Todas estas dolencias y muchas más pueden ser tratadas con soluciones naturales a base de ortigas (que además podemos preparar en casa).

 

Ortigas contra la próstata

La hipertrofia benigna de próstata (HBP) el agrandamiento de la próstata, una glándula que se encuentra en los hombres bajo la vejiga urinaria. Se trata de un problema que normalmente aparece con la edad. La próstata está atravesada por la uretra (el canal urinario), y por eso cuando aumenta de tamaño frena y bloquea el flujo de la orina. Esto provoca complicados síntomas, entre ellos impedir que la vejiga se vacíe completamente. Así, el hombre con HBP siente que necesita ir al baño casi permanentemente.

Varios estudios han demostrado la eficacia de la raíz de ortiga, así como de las combinaciones de raíz de ortiga y palmeto (Serenoa repens) y de raíz de ortiga y ciruelo africano (pygeum) para combatirla.

Puesto que la ortiga no se puede patentar, a los laboratorios no les interesa invertir en su investigación, lo cual suele servir para alimentar debates inacabables con los que la medicina convencional, mediante su famosa canción «No está suficientemente demostrado» ignora la mayoría de estas soluciones naturales.

De todas formas se sabe que la ortiga y la palma enana son tan eficaces como la finasterida y tamsulosina, dos principios activos de referencia para tratar la HBP con una buena porción de indeseables efectos secundarios añadidos. Incluso la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Comité Científico Europeo de Fitoterapia (ESCOP) y la Comisión alemana de plantas medicinales (conocida como Comisión E) reconocen el uso de la raíz de ortiga para tratar los trastornos urinarios relacionados con los problemas de próstata.

Receta. Incorporar 1,5 g de raíz seca de ortiga en 150 ml de agua fría y llevarlo a ebullición durante un minuto. Después se deja reposar 10 minutos fuera del fuego. Tome una taza 3 ó 4 veces al día.

También se puede tomar un complemento alimenticio de 240 mg de ortiga y 320 mg de palmeto (son las cantidades usadas en muchos de los estudios realizados sobre la efectividad de esta combinación de plantas contra la HBP).

En caso de artritis y reumatismos

El tratamiento tradicional de base que existía tanto en Occidente como en la medicina ayurvédica (la medicina tradicional india) consistía en aplicar sobre los lugares doloridos hojas de ortiga fresca (es decir, urticantes) durante unos 30 segundos, antes de retirarlas.

La eficacia de este método la demuestra el que lleve siglos utilizándose; no obstante, un grupo de investigadores británico demostró científicamente sus resultados en el año 2000.Ahora bien, es un tratamiento no apto para cobardes

Ortigar. Es decir, literalmente, azotarse con ortigas. La práctica se remonta a la antigüedad y fue ampliamente recomendada por Nicholas Culpeper, famoso médico, naturista y botánico inglés que vivió en la primera mitad del siglo XVII.

En la práctica, consiste en azotar la espalda o las articulaciones doloridas con un ramillete de ortigas frescas y por tanto urticantes (se recomienda usar las especies de ortigas más pequeñas, como la Urtica rurens).

El tratamiento un tanto desagradable, pero no tarda en proporcionar un alivio notable. Por ese motivo es una técnica usada en todo el mundo, especialmente en zonas templadas (las ortigas tropicales hacen demasiado daño). Su eficacia también fue comprobada científicamente en un estudio clínico realizado de investigadores británicos.

Histamina. En realidad, lo que explica su eficacia es el efecto de la histaminade los pelos urticantes, que provoca sensación de picor, pero también un ensanche de los vasos capilares locales, permitiendo al sistema sanguíneo irrigar mejor y reparar la zona enferma.

Para ser eficaz, la aplicación debe de ser de 30 segundos al día y repetirse entre 2 y 7 días. Este método no debe emplearse en niños o mujeres embarazadas.

Tintura. Un estudio ha demostrado que el efecto es prácticamente el mismo si se aplica una simple tintura alcohólica de ortiga (es decir, aplicando el alcohol en el que las hojas de ortiga han macerado). En este caso es necesario frotar varias veces al día las partes afectadas con la tintura (de las partes aéreas de la planta destiladas al 50% de alcohol) o utilizarla en compresas o cataplasmas.

 

Contra la inflamación de las vías urinarias y cálculos renales

Tisanas. La clave en este caso está en beber tisanas y zumos de ortiga, o incluso la tintura alcohólica de la planta diluida en agua en una proporción de 5 veces su volumen (es decir, de 1 a 5).

Extractos. También se pueden tomar extractos de hojas y flores secas en forma de cápsulas o comprimidos. La dosis recomendada es de 300 a 700 mg tres veces al día acompañados de un gran vaso de agua.

Zumo fresco de ortiga. Siempre a sorbitos, porque es muy concentrado: hay que tomarlo en pequeñas cantidades: entre 5 y 10 ml tres veces al día. Se prepara en el extractor de zumos o la licuadora, y tener en cuenta que sólo se conserva unas horas.

Contra el dolor de cabeza y el eccema

Otros beneficios de las ortigas, como por ejemplo su efecto para aliviar los dolores de cabeza, tratar el eccema o conseguir que el pelo vuelva a crecer (o deje de caer: se fortalezca), también eran conocidos en las antiguas tradiciones medicinales. La herborista austríaca María Treben, autora del libro Salud de la botica del Señor, consagró uno de sus principales capítulos a la ortiga, una de sus plantas favoritas.

No la no cita para problemas de la próstata y para los reumatismos la menciona sólo de pasada, pero para ella la ortiga es ante todo una planta purificante, remineralizante y rica en hierro, que permite combatir la fatiga. Ayuda a luchar contra las enfermedades del hígado, los problemas de circulación sanguínea y un sinfín de otras dolencias (tumores, calambres, cólicos, ciática…).

María Treben recomendaba realizar una cura de desintoxicación cada año en primavera, durante cuatro semanas, con un máximo de dos litros y medio de tisana de ortigarepartidos a lo largo del día. Este remedio sigue plenamente vigente, y lo prepararemos con unas hojas de menta o de manzanilla para darle un poco de sabor (la ortiga es un poco insípida;).

 

Champú de ortigas para un pelo fuerte y brillante

La ortiga también es conocida como planta benefactora del cabello, la propia María Treben también atribuía a esta planta su pelo fuerte, brillante y sin caspa.

Para preparar en casa nuestro propio champú de ortigas, basta con dejar en infusión un puñado de hojas de ortiga secas en medio litro de agua hirviendo. Cúbralo y déjelo reposar toda la noche antes de filtrarlo.

Añadir después 150 g de jabón líquido y media cucharadita de aceite vegetal de almendras dulces (y si tuviera a mano aceite de argán o de semilla de albaricoque, mejor que mejor). También puede añadir a la mezcla unas 50 gotas de aceite esencial “bio” de lavanda o de cedro.

Remueva la mezcla y métala en una botella. Para un mayor efecto, agítelo siempre antes de usarlo y masajee con él el cuero cabelludo.

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