Los tres cerebros

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Tenemos neuronas en el sistema digestivo, y ahora ya se habla de “los tres cerebros” ¿Sería el corazón el tercer cerebro?

Mas neuronas en el sistema digestivo… ¡que en la médula espinal!

En el sistema digestivo tenemos lo que se conoce como el «sistema nervioso entérico», y que a menudo se denomina «segundo cerebro». Este sistema contiene aproximadamente 100 millones de neuronas, que es más que las que hay en la médula espinal.

El cerebro triuno

Imaginemos por un momento una antigua casa con varias capas de historia: los cimientos medievales, una estructura renacentista y una fachada moderna. Así es, en cierta manera, nuestro cerebro. La teoría del cerebro triuno, propuesta por Paul MacLean en la década de 1960, nos habla de tres capas evolutivas que danzan juntas en nuestra mente, cada una con su propia melodía de consciencia, su particular sentido del tiempo y el espacio, y sus memorias únicas.

Como un reloj ancestral que marca diferentes tiempos, el cerebro triúnico se compone del complejo reptiliano, el sistema límbico y el neocórtex. Sin embargo, esta bella metáfora evolutiva ha sido reconsiderada por los investigadores en neuroanatomía comparativa después del año 2000, aunque nos sigue ofreciendo una forma bastante poética de entender nuestra mente.

Tres estructuras en el cerebro

Esta teoría se refiere a tres estructuras principales dentro del cerebro:

1. Cerebro Reptiliano (tronco cerebral)

– El más primitivo.

– Controla funciones básicas como respiración, ritmo cardíaco.

– Relacionado con la supervivencia básica.

2. Cerebro Límbico (sistema límbico)

– Centro de emociones.

– Incluye estructuras como la amígdala e hipocampo.

– Gestiona memoria, motivación y comportamiento social.

3. Cerebro Neocortical (neocórtex)

– El más «nuevo» evolutivamente.

– Responsable del pensamiento abstracto, lenguaje, planificación.

– Característico de los mamíferos más evolucionados.

¿Y el corazón?

En cuanto al corazón, aunque no es técnicamente un «cerebro», sí tiene un sistema nervioso intrínseco bastante sofisticado:

– Contiene aproximadamente 40,000 neuronas.

– Puede tomar decisiones independientes sobre el ritmo cardíaco.

– Se comunica bidireccionalmente con el cerebro.

– Influye en el procesamiento emocional y la toma de decisiones.

Comunicación para nuestro bienestar

La investigación moderna sugiere que existe una compleja red de comunicación entre el cerebro craneal (principal), el sistema nervioso entérico (digestivo) y el sistema nervioso cardíaco. Esta red forma un sistema integrado de procesamiento de información que influye en nuestras emociones, nuestra intuición, nuestras decisiones y nuestro bienestar general.

Importante: aunque estos sistemas tienen cierta autonomía, no son «cerebros» en el sentido tradicional, sino más bien redes neuronales complejas que trabajan en conjunto con nuestro cerebro principal. La investigación en este campo continúa revelando nuevas conexiones y funciones de estos sistemas interconectados.

La inteligencia del corazón

El corazón envía más señales al cerebro que las que recibe de él, y genera el campo electromagnético más potente del cuerpo, hasta 60 veces más fuerte que el del cerebro. Sus señales pueden influir en…

 Nuestra percepción, la claridad mental, la intuición, las emociones y el rendimiento cognitivo.

El sistema nervioso entérico y sus capacidades:

– Puede funcionar de manera autónoma, incluso si se corta la conexión con el cerebro.

– Produce más del 30 tipos de neurotransmisores.

– Contiene toda clase de neuronas, incluyendo sensores mecánicos y químicos.

– Regula la inflamación y la inmunidad.

– Influye en el estado de ánimo y el comportamiento.

Coherencia entre los sistemas:

– Cuando estos tres sistemas (cerebro, corazón y sistema entérico) trabajan en armonía, se observa…

  – Mejor función inmunológica.

  – Mayor claridad mental.

  – Mejor toma de decisiones.

  – Mayor equilibrio emocional.

  – Mejor recuperación del estrés.

Memoria y sincronía

En investigaciones recientes se ha descubierto, por ejemplo, que el corazón tiene células de «memoria corta», y que el sistema nervioso entérico puede «recordar» experiencias traumáticas.

También existe una sincronización entre los ritmos cardíacos y la actividad cerebral. Se sabe, además, que las emociones positivas pueden crear patrones coherentes en la variabilidad del ritmo cardíaco.

En la práctica…

– La respiración consciente puede ayudar a sincronizar estos sistemas.

– La meditación puede mejorar la coherencia cardíaca.

– El estado emocional del corazón puede influir en la claridad del pensamiento.

– El estado del sistema digestivo puede afectar significativamente nuestras decisiones y emociones.

Aplicaciones terapéuticas

– Biofeedback cardíaco para reducir el estrés.

– Terapias centradas en el trauma que consideran la «memoria corporal».

– Técnicas de coherencia cardíaca para mejorar el rendimiento.

– Enfoque integral en el tratamiento de trastornos del estado de ánimo.

 

Las células de memoria corta del corazón

Cuando hablamos de «células de memoria corta» en el corazón, nos referimos a un descubrimiento relativamente reciente: el corazón tiene células que pueden almacenar información a corto plazo y «aprender» de experiencias previas. Estas células:

– Pueden retener información sobre patrones de actividad reciente.

– Ajustan su comportamiento basándose en experiencias previas.

– Contribuyen a la capacidad del corazón para adaptarse a diferentes situaciones.

– Participan en la «memoria somática» o memoria corporal.

Técnicas para mejorar la coherencia entre los sistemas

Estas son algunas de las más efectivas:

Respiración coherente

– Respirar a un ritmo de aproximadamente 6 respiraciones por minuto.

– Inhalar durante 5 segundos y exhalar durante 5 segundos.

– Mantener un ritmo suave y regular.

– Hacerlo durante 5-10 minutos varias veces al día.

Técnica de coherencia rápida

– Centrar la atención en el área del corazón.

– Imaginar que respiras a través del corazón.

– Evocar una emoción positiva genuina (gratitud, amor, apreciación).

– Mantener esta sensación mientras respiras suavemente.

Práctica de atención plena integrada (mindfulness)

– Prestar atención simultánea a:

– Sensaciones del corazón.

– Respiración.

– Sensaciones digestivas.

– Observar cómo estos sistemas se interrelacionan.

Ejercicios de resonancia vagal

– Cantar o tararear.

– Hacer gárgaras con agua.

– Respiración diafragmática profunda.

– Estos ejercicios estimulan el nervio vago, que conecta los tres sistemas.

Técnicas de autorregulación emocional

– Identificar emociones y su impacto físico.

– Usar la respiración para regular estados emocionales.

– Practicar la reorientación consciente de pensamientos negativos.

– Cultivar estados emocionales positivos de forma deliberada.

Prácticas de integración sensorial

– Ejercicios de enraizamiento (grounding).

– Escaneo corporal consciente.

– Movimientos suaves y conscientes.

– Atención a las señales del cuerpo.

La práctica regular de estas técnicas puede ayudar a reducir el estrés; mejorar la claridad mental; aumentar la resistencia emocional; mejorar la intuición; fortalecer la conexión mente-cuerpo… y optimizar el funcionamiento de los tres sistemas.

Microbiota intestinal y cerebro

La relación entre la microbiota intestinal y el cerebro es un campo de investigación fascinante que ha ganado mucha atención en las últimas décadas. ¿Qué se sabe hasta ahora sobre este «eje intestino-cerebro»?

Comunicación bidireccional

El intestino y el cerebro se comunican a través de múltiples vías: el nervio vago, el sistema inmunitario, neurotransmisores y metabolitos producidos por las bacterias.

Esta comunicación es bidireccional: el cerebro puede influir en la función intestinal y la microbiota puede afectar el funcionamiento cerebral.

Producción de neurotransmisores

Las bacterias intestinales producen o influyen en la producción de importantes neurotransmisores como, entre otros:

– Serotonina (90% se produce en el intestino)

– GABA

– Dopamina

– Norepinefrina

Impacto en la salud mental

Se sabe que trasplantar microbiota de ratones con depresión a ratones sanos puede inducir comportamientos depresivos. Además, la alteración de la microbiota en etapas tempranas de la vida puede afectar el desarrollo cerebral.

También se han observado diferencias en la composición de la microbiota en personas con trastornos neurológicos y psiquiátricos.

La investigación ha encontrado conexiones entre la microbiota intestinal y:

  • Estados de ánimo y ansiedad.
  • Respuesta al estrés.
  • Comportamiento social.
  • Función cognitiva y memoria.
  • Desarrollo neurológico temprano.

Mecanismos de influencia

La microbiota puede influir en el cerebro a través de: ● Producción de ácidos grasos de cadena corta. ● Modulación del sistema inmunitario. ● Regulación de la barrera intestinal. ● Señalización a través del nervio vago. ● Producción de metabolitos que pueden atravesar la barrera hematoencefálica.

En la salud

Se estudia el uso de probióticos y prebióticos como complemento en tratamientos psiquiátricos, además de considerar (¡por fin!) la dieta como factor en la salud mental. Y se están desarrollando «psicobióticos» (microorganismos que pueden beneficiar la salud mental).

Implicaciones prácticas para la salud

La comprensión de la relación entre la microbiota intestinal y el cerebro ha abierto nuevas vías para el tratamiento de diversas condiciones de salud mental.

Intervenciones dietéticas específicas:

– Dietas ricas en fibra y fermentados para favorecer la producción de neurotransmisores

– Reducción de alimentos procesados que pueden alterar la microbiota.

– Inclusión de alimentos ricos en triptófano para la producción de serotonina.

Manejo del estrés:

– Técnicas de relajación que benefician tanto al cerebro como al sistema digestivo.

– Prácticas mindfulness centradas en la conexión mente-intestino.

– Ejercicios de respiración que estimulan el nervio vago.

Tratamientos integrativos:

– Combinación de terapias tradicionales con intervenciones en la microbiota.

– Uso de probióticos específicos para condiciones mentales particulares.

– Protocolos personalizados basados en el perfil microbiano individual.

Las nuevas estrategias terapéuticas (como las terapias basadas en metabolitos bacterianos) están todavía ensayándose.

Se descubren tantas conexiones que se hace difícil negar un enfoque integral. Somos verdaderamente un sistema interconectado, donde cada parte influye en el todo de maneras que apenas comenzamos a comprender…

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