Kinesiología holística

Entrevista a Joan Guxens.
Médico naturista y fundador de IGEM y la Escuela Oficial de Kinesiología Holística en Cataluña.

“Con la Kinesiología Holística el cuerpo indica dónde está el desequilibrio y cómo curarlo”

Entrevista de Ana Claudia Rodríguez. Ana Claudia es periodista y autora del blog Y si de repentewww.ysiderepente.com – en el que afronta retos de crecimiento personal y los cuenta en primera persona.

“No me creo nada”, dijo el joven médico Joan Guxens cuando, en 1987, un amigo le contó sobre el funcionamiento de la Kinesiología Holística (KH). “¿Preguntarle al cuerpo qué le ocurre y que el propio cuerpo conteste? ¡Eso es una locura!”. Al poco se rindió ante la evidencia y ahora, 30 años después de este encuentro, Guxens es un referente en la investigación, la docencia y la aplicación de la KH.

Joan Guxens (1948) es licenciado en Medicina por la Universidad de Barcelona; trabaja desde hace más de tres décadas como médico naturista en la Clínica de Medicina Integrativa IGEM, que él fundó, y como profesor de Dietética y KH. Gracias a la KH descubrió la importancia de la flora intestinal en el origen de muchas enfermedades (cuando la ciencia aún lo ignoraba) y hoy es también un referente en el campo de las geopatías (que son las radiaciones que afectan negativamente al cuerpo). Guxens es autor de los libros La flora intestinal: su importancia en la salud y de Método ARN: desequilibrios químicos y energéticos.

Recientemente ha celebrado los 25 años de IGEM, la Escuela Oficial de Kinesiología Holística en Cataluña, que él mismo creó para difundir la disciplina. Para conmemorar el aniversario, ha organizado el 1r Congreso Internacional de Kinesiología Holística, con la presencia del creador de esta técnica, Raphael Van Assche.

Joan Guxens nos habla de los cuatro tipos de desequilibrios que puede sufrir el cuerpo; nuevos riesgos y nuevas enfermedades (como “el síndrome del adolescente”) y, sobre todo, explica en detalle cómo funciona la KH, la técnica en la que el cuerpo señala el camino: dónde está el desajuste y cuál es el mejor tratamiento para su sanación.

Integral —¿Qué es la Kinesiología Holística?

Dr. Guxens —Es una técnica que sirve para diagnosticar y para establecer un tratamiento. Para ello se le pregunta al cuerpo qué le ocurre y cómo quiere que se trate esa enfermedad.

¿Cómo se expresa el cuerpo para dar estas respuestas?

Los kinesiólogos les hacemos preguntas a los músculos. Se ha demostrado que cada músculo está relacionado con un órgano, y si el músculo está débil significa que el órgano correspondiente no está funcionando bien. A través de este test puedes conocer con una alta fiabilidad el estado de salud de todo el cuerpo.

¿Qué diferencias existe entre la Kinesiología Aplicada y la Kinesiología Holística?

Ambas evalúan, a través de tests musculares, el estado de salud de nuestro cuerpo. Y en el caso de la Kinesiología Holística se utiliza para ello la técnica del Arm Reflex, el reflejo del brazo.

Arm Reflex. ¿Cómo funciona este método?

Es un método que utiliza los brazos para “dialogar” con el cuerpo, y que fue descubierto por el osteópata y acupuntor belga Raphael Van Assche en los años 80. Por ejemplo: preguntamos al cuerpo del paciente cómo está el hígado. Si al estirar los brazos ambos tienen la misma longitud, el órgano está sano. Por el contrario, si uno de ellos está más acortado, será la señal de que allí hay un desequilibrio.

El Arm Reflex se basa en el siguiente principio: cuando enviamos un estímulo al cuerpo, el sistema nervioso reacciona enviando una respuesta a los músculos. Si un estímulo es considerado negativo, el músculo se tensará y lo que verá el terapeuta será un brazo más corto que el otro. A través de esta premisa, la KH ha desarrollado un complejo sistema de comunicación entre el cuerpo del paciente y el kinesiólogo holístico.

¿Es la prueba de que nuestro cuerpo sabe más que nuestra parte mental?

No, lo que ocurre es que nuestro cuerpo guarda la información de lo que nos ha pasado. No del futuro, porque no podemos preguntar: “si hoy vas a París, en tu cama de hotel, ¿te afectará alguna geopatía?”. Pero si has estado de vacaciones tres semanas en Marbella, y tuviste un insomnio inusual, sí podemos hacer un test para comprobar si había alguna geopatía en aquel albergue de la ciudad. Tu cuerpo contiene información de la energía negativa del lugar.

Parece ciencia ficción…

En realidad tiene lógica. Así como los traumas emocionales que hemos tenido de pequeños quedan fijados en una parte del sistema nervioso, del inconsciente, lo que nos ha ocurrido físicamente, energéticamente, también quedan almacenado. Lo que ocurre es que muchos de esos desequilibrios energéticos se reequilibran por sí solos y al cabo de seis meses ya no obtendríamos ninguna información sobre esa habitación en Marbella.

Además de señalar cuál es la parte del cuerpo afectada, ¿la KH permite saber en qué aspecto se ha alterado?

Así es. En KH pensamos que un organismo es la suma de todas sus partes (“holos” significa “todo”). Por eso, el motivo del síntoma lo buscamos en cuatro campos: emocional, energético, químico y estructural.

Simplificando bastante: imaginemos que tienes problemas con el hígado. Si la causa está en el campo emocional, puede haber infelicidad o rabia, que son las dos emociones vinculadas a este órgano. La técnica para poner remedio podría ser una psicoterapia, o unas flores de Bach, visualizaciones, una meditación…

Si la causa es química, en cambio, le preguntaré a tu cuerpo qué planta medicinal es la más indicada, boldo, cardo mariano, alcachofera, o podré testar qué dieta es la más indicada para tu hígado.

Podría tratarse también de un origen energético, entonces quizás el chacra correspondiente esté desequilibrado o haya un agujero energético por una cicatriz. La acupuntura, la cromoterapia o la musicoterapia serían algunos los tratamientos posibles en este caso.

Y por último, si detrás del trastorno hay una causa estructural, intentaré tratar alguna zona de la espalda que tenga relación con el hígado. Podría haber un bloqueo en las vértebras dorsales, por ejemplo, que mejorarían con técnicas manuales como la osteopatía o la quiropraxia.

En Occidente no estamos muy familiarizados con el campo energético. ¿Qué factores podrían desajustar mi cuerpo en este sentido?

Existen varios factores desencadenantes. Pero uno de los más importantes en los últimos años es el de las geopatías, que son radiaciones que resultan perjudiciales para el cuerpo. Entre las geopatías naturales encontramos las que se originan por corrientes de aguas subterráneas (generan iones positivos que son negativos para la salud), y las causadas por las líneas Hartmann y Curry, una especie de red electromagnética que envuelve la Tierra.

Los seres humanos estamos adaptados a las geopatías y las toleramos bien, en el caso de que estemos energéticamente fuertes. Pero una persona débil o hipersensible, o en un momento de crisis física o emocional, puede notar algún malestar. Por tanto debemos evitar estos lugares, sobre todo si pasamos allí muchas horas del día: nuestra cama, nuestra silla en el trabajo, el sofá, etc.

Ud. Habla también de geopatías artificiales…

Como por ejemplo los campos electromagnéticos, generados por un teléfono móvil, una antena, el horno microondas, las redes wifi… Hay hábitos muy comunes hoy en día que no nos hacen bien: ¿duermes con el móvil cargándose en la mesita de noche? Te afectará seguro. ¿Por comodidad tienes un motor eléctrico que sube y baja la cama con un botón? ¡Tienes un campo electromagnético a veinte centímetros de tu espalda!

En realidad hay muy poca información y mucha ignorancia, a pesar de ser un tema importante. Yo he aportado un nuevo nombre a una enfermedad: El síndrome del adolescente.

¿En qué consiste?

He observado, a partir de las visitas que he recibido en la clínica, que bastantes adolescentes de entre 14 y 17 años duermen con el móvil bajo la almohada. Esto les causa insomnio, dolor de cabeza, irritabilidad, depresión, dolor de espalda, bajo rendimiento escolar, hiperactividad, etc. que son un conjunto de síntomas, aparentemente inconexos entre sí. De hecho, es un factor que puede despertar el TDAH (Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad), tan famoso hoy en día.

Quitando el móvil bajo la almohada, ¿hay una mejora?

Claramente. Así lo demuestra el cuerpo con los test de KH. Evitar estas radiaciones durante la noche es clave, pero también durante el día: están conectados con el ipad, con el móvil, con el ordenador. Día y noche bajo la influencia de campos electromagnéticos.

Una de las últimas investigaciones se ha realizado con ratones, sometiéndolos a vibraciones electromagnéticas en la cabeza. Al tiempo, los ratones muy pasivos se volvieron hiperactivos y los que eran muy nerviosos estaban más tranquilos. Hay varios estudios de este tipo en Europa. Y en Suecia, por ejemplo, han construido poblaciones en medio del bosque para las personas hipersensibles a estos campos, para que pudieran hacer una vida normal.

En los últimos 30 años usted ha diagnosticado y tratado cientos de casos con la ayuda de la KH y la medicina natural. Según su experiencia, ¿cuál es el campo más afectado en la actualidad?

El campo químico es el más vulnerable, cosa que no ocurría hace unos quince años. En la clínica vemos cada vez más personas con trastornos en el tubo digestivo, con la flora intestinal alterada por cándidas y parásitos, y con muchas más intolerancias alimentarias. En diez o veinte años, el 80% de la población tendrá intolerancia a los lácteos de vaca, al azúcar blanco y al trigo moderno.

¿A qué se debe este aumento?

No hay sensibilidad por el cuidado del tubo digestivo: comemos de todo. Los alimentos llevan cada vez más colorantes, conservantes, antioxidantes, y elegimos muchos productos envasados. Consumimos aceites refinados y, aunque nadie quiera decirlo, son todos tóxicos, por no decir cancerígenos, porque en el proceso de refinación se producen radicales libres, que son nocivos para nosotros. ¿Has visto en el supermercado la cantidad de aceites de oliva que son refinados? Deberíamos optar por aceites de oliva de primera prensión en frío.

En cuanto a los lácteos, las vacas cada vez comen de forma más antinatural y todo eso pasa a la leche y sus derivados. El trigo está modificado genéticamente, y por eso causa más intolerancias. Hay personas que creen que son celíacas, cuando sólo son intolerantes a este tipo de grano industrial.

¿Son sólo los alimentos, lo que perjudica nuestra flora intestinal?

Además de la parte emocional y de las geopatías que ya hemos mencionado, los componentes artificiales que llevan los alimentos es uno de los factores principales. Los metales pesados, por ejemplo, van en aumento. Cada vez tenemos más en el cuerpo: plomo, mercurio, cadmio, arsénico, níquel…

El plomo proviene de la contaminación atmosférica, que después de muchos años ha pasado a la tierra, al subsuelo, al agua. En muchas aguas potables del país hay plomo, me refiero a la que sale del grifo. Según la ley, los niveles son correctos, son bajos, y por tanto se puede beber. Pero, después de hacerlo durante diez años o más, esta pequeña cantidad de plomo se va acumulando en algunos órganos ricos en células grasas como el cerebro, el hígado, el tiroides, los riñones. Y como los metales pesados son sustancias liposolubles (solubles en grasas o lípidos) no se eliminan fácilmente por la orina, el sudor o el vapor de aire de la respiración, por lo que permanecen en estos órganos y bloquean su buen funcionamiento.

Sobre el arsénico, muchos insecticidas o pesticidas que se usaron hasta finales de los años 90 contienen este metal pesado que mata las plagas del campo, pero que en pequeñas cantidades ingeridas durante muchos años acaban siendo tóxicos para nosotros. Y también muchas aguas lo tienen.

En cuanto al mercurio, se habla un poco más de su presencia en los peces más grandes (tiburón, pez emperador, atún). Pero el arroz, que es muy común en nuestra dieta también lo contiene. El 80% del arroz que llega a Europa es del Ganges, que es probablemente el río más contaminado del mundo.

La KH puede contrarrestar esta agresión química.

Sí. La KH permite conocer cuál es la causa concreta del malestar y cuál es el tratamiento más indicado para cada persona. Pero debo decir que no es una técnica milagrosa: “un test, unas recetas y en dos meses todo solucionado”. No. Si es una dolencia aguda, un eczema, fiebre o unas anginas seguramente el proceso de curación podrá durar una o dos semanas. Pero si hay un desajuste más general, con un desequilibrio de la flora intestinal, malfuncionamiento del hígado, metales pesados en algún órgano o tejido del cuerpo… entonces serán varios meses de tratamiento, aunque las mejoras ya se notarán a partir de las primeras semanas.

Al cuerpo le cuesta armonizarse.

Sí, toma su tiempo. Lo que hacemos con la KH es reequilibrar el cuerpo por capas. Como si fuéramos una cebolla, al llegar a la consulta el primer test nos dará información de lo que ocurre en la primera capa. Pero quizás puede haber dos, tres o cuatro capas más por atender. Y algunos pacientes se cansan antes de llegar a la curación total.

Dice Raphael Van Assche: “la enfermedad es un bloqueo de la auto curación del paciente”.

Las personas tenemos un médico interno, una capacidad de auto curación que se pierde cuando estamos bloqueados. Si hemos comido mal durante mucho tiempo, si hemos bebido alcohol, si alguna vez nos hemos drogado, si además tenemos problemas emocionales importantes en casa o en el trabajo, muy probablemente bloquearemos el cuerpo y aparecerá la enfermedad.

Precisamente la medicina natural lo que intenta es “limpiar el cuerpo” para estimular la auto curación. Pero no se trata de eliminar los síntomas con remedios naturales. Algunas personas creen que está todo solucionado si meditan veinte minutos al día o toman una pastilla para estimular al sistema inmunológico. Eso no es así: Hay que encontrar las causas del desequilibro y, si es necesario, tomar una decisión de cambio de hábitos o situación.

La KH indica que la enfermedad es multicausal.

Sí, en el sentido de que el síntoma puede ser la repuesta a un desorden en muchos campos. Lo excepcional de la KH es que es capaz de priorizar: de indicar cuál es el aspecto que debe tratarse en primer lugar.

Es también una disciplina que permite acertar cuál es la causa primera del problema. Por ejemplo: sufres dolores de cabeza. La causa química está en el hígado, y puede parecer entonces que el tratamiento será a base de plantas medicinales. Pero no: el test avisa de que la causa es emocional. Y entonces se deberá tratar el dolor de cabeza con una técnica emocional, aunque en realidad esté afectada una parte física, que es el hígado.

Al revés funciona también: un caso de diarrea podría verse como un problema emocional, pero el test puede desvelar que está provocado por la falta de serotonina, que a su vez favorece la tendencia depresiva. En este caso habría que regular la parte química, por ejemplo, tomando triptófano que es un precursor de la serotonina.

Y a todas esas conclusiones se llega sin grandes estudios ni analíticas.

La KH es una técnica que permite dar con el diagnóstico y el tratamiento con mucha facilidad, si el kinesiólogo tiene sensibilidad y domina la técnica. Por eso creo que todos los servicios de urgencias de los hospitales deberían tener un kinesiólogo. No porque sea el único método de diagnóstico, sino porque puede determinar rápidamente y con mucha exactitud cuál es la posible causa del trastorno.

Llega una chica, por ejemplo, con un ataque de angustia. El motivo puede ser un tema digestivo, porque una toxemia puede favorecerlo, o bien puede tratarse de una cuestión emocional. Se podría hacer un test sobre si el estrés tiene relación con su padre, con su jefe, con su pareja…Le preguntamos al cuerpo y el cuerpo contesta.

Si el problema es con una persona concreta, el cuerpo se estresará al pensar en ella. Y habrá un cambio muscular, y en el brazo, un acortamiento. Es así. Al principio puede que uno diga “no, eso es imposible”, como decía yo (risas). Pero cuando lo experimentas te das cuenta de que es real.

Guxens, pionero en la docencia de la Medicina Natural

Joan Guxens estudió medicina con un solo objetivo: dedicarse a la medicina natural. Lo tuvo claro desde pequeño, cuando conoció a un amigo vegetariano de su abuelo, que visitaba la casa familiar dos veces al año. “Él contaba que se había curado una enfermedad muy importante, solo cambiando la dieta”, recuerda hoy.

Así que Guxens cursó la carrera en la Universidad de Barcelona, al tiempo que se empapaba de todo lo relacionado con lo natural a través de las pocas conferencias que se daban por entonces en España (de los doctores Gimeno, Ferrándiz y Circuns Espelt), y todos los libros y revistas que caían en sus manos, y que en aquella época provenían sobre todo de Alemania.

En 1979 fue el primer profesor de Dietética de la primera escuela de naturopatía en Barcelona. Para elaborar el temario de la asignatura anual estudió a fondo cinco libros y tomó nota de todas las coincidencias. Esos –pensó- serán los conocimientos indiscutibles.

Más tarde, en 1992, sin dejar la práctica ni la investigación, Guxens abrió su propio centro de formación, la Escuela IGEM, donde se imparten cursos de KH, Naturopatía, Dietética, Flores de Bach o Geobiología, entre otros. Y años después volvía a las aulas de la universidad (Universidad de Barcelona, Universidad Europea de Madrid, Universidad de Lleida o Universidad Autónoma de Barcelona). Pero esta vez, en calidad de docente.

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