¿Dónde se han ido mis orgasmos?

Algunas mujeres, sobre todo a partir de los 45 años, pierden el apetito sexual y la capacidad para llegar al orgasmo. Mucha gente (incluso algunos médicos) lo considera normal, pero existen recursos que pueden ser de gran ayuda. Entretanto, los laboratorios anuncian de vez en cuando un Viagra femenino.

Textos: Clara Amenós y Laura Torres.

Los motivos de pérdida del apetito sexual en la mujer son diversos, e incluyen experiencias pasadas negativas o los cambios naturales en la constelación hormonal femenina que aparecen con la edad.

Tan pronto como salió al mercado el fármaco Viagra como píldora mágica contra la impotencia, enseguida se pensó en el equivalente para la mujer. Los primeros medicamentos que se presentaron para favorecer la lubricación vaginal de manera clara y significativa suelen venir acompañados de efectos secundarios indeseables, como el dolor de cabeza y un mayor enrojecimiento facial durante y después de la actividad sexual.

Los estudios sobre la influencia de fármacos en los órganos sexuales femeninos son un campo poco conocido, a diferencia de la disfunción sexual masculina, mucho más estudiada. Quizá sea porque, mientras el nivel de excitación en el hombre es visualmente obvio, ¿con qué medida se podría captar el de la mujer? ¿Por el flujo sanguíneo del clítoris? ¿Por el nivel de lubricación vaginal?

Nuevas investigaciones

Más de cien especialistas norteamericanos reunidos en un congreso estudiaron el tema. Uno de ellos, el Dr. Irwin Goldstein, de la Universidad de Boston (EE.UU.), cree que los problemas sexuales, tanto de los hombres como de las mujeres pueden deberse a una disminución del flujo sanguíneo de los órganos sexuales debido al envejecimiento de la circulación sanguínea (entiéndase arteriosclerosis). El estudio, que se llevó a cabo sobre 300 mujeres, muestra que el 58% de ellas tenía síntomas de disfunción sexual (incomodidad durante la relación, sequedad, dificultad para llegar al orgasmo o baja estimulación del clítoris).

También encontró que las mujeres con problemas sexuales tenían perfiles médicos similares a los hombres que padecían impotencia. Sin embargo, extrapolar este hecho como base para tomar fármacos más o menos afrodisíacos presupone que la falta de lubricación o de interés sexual puede solucionarse aumentando el flujo sanguíneo de los órganos sexuales femeninos. Y esa afirmación no es correcta.

En otro estudio, el Dr. Raymond Rosen administró Viagra a un grupo de mujeres y midió su respuesta mientras observaban películas de porno suave. Resultado: el flujo sanguíneo vaginal aumentó y aseguraron haberse sentido más lubricadas y con una sensación de cosquilleo agradable en los genitales; respuestas, todas ellas, que no tuvieron sin tomar el fármaco.

Una alternativa natural

Pero este medicamento tan famoso (y cuyo efecto en las mujeres no se ha estudiado demasiado) no es la única opción que existe. Las medicinas alternativas, como la homeopatía o la acupuntura pueden ser también muy útiles. La planta medicinal sauzgatillo (Vitex agnus-castus) tiene buena reputación como regulador hormonal en caso de menopausia.

Mujeres que nunca han tenido un orgasmo

«Nunca he experimentado un orgasmo durante una relación, aunque no tengo problema en llegar a él mediante la estimulación directa de mi clítoris. Pero tengo la sensación de que podría obtener mayor placer sexual, especialmente cuando oigo comentarios de otras mujeres sobre orgasmo múltiple. Quizá sea yo el problema.» Muchas mujeres viven situaciones similares a ésta. No hay nada inadecuado en las relaciones, tan sólo falta de información sobre el propio cuerpo.

El clítoris es la parte más sensible de los órganos sexuales femeninos y las sensaciones más intensas que experimenta son las responsables del primer estadio de la excitación sexual y del propio orgasmo. Una conclusión es que no hay diferencia entre lo que se había denominado orgasmo vaginal u orgasmo clitoriano. Del 30 al 50% de mujeres sexualmente activas precisan estimulación adicional del clítoris para llegar al orgasmo durante una relación. Se considera normal que la mujer necesite esa estimulación manual extra, realizada por su compañero o por ella misma.

Mi compañero acaba muy pronto

Si el hombre en cuestión no practica ejercicio, no sigue una dieta adecuada y tiene sobrepeso es posible que tenga cierta dificultad en alcanzar erecciones potentes, y cierta facilidad en eyacular demasiado pronto. Una buena exploración, como el Doppler, puede determinar si existe un flujo sanguíneo insuficiente debido a una arteriosclerosis incipiente o avanzada.

Si la persona en cuestión también fuma, debe saber que el tabaco acelera la formación de placas de arteriosclerosis y es un factor claro que causa disfunciones eréctiles del pene. La solución en ese sentido está en su mano.

El ejercicio físico aeróbico (ciclismo, natación, footing) durante 20 minutos, tres días a la semana ha demostrado ser de gran ayuda para la vida sexual masculina (y evidentemente de la pareja). Las arterias sanas aportan un buen flujo sanguíneo al corazón y a los demás órganos del cuerpo, entre ellos el pene. Además, el ejercicio reduce el estrés y se sentirá más tranquilo y mejor consigo mismo.

Algunos remedios de fitoterapia que pueden ayudar son el extracto de ginkgo (Ginkgo biloba), porque favorece el riego sanguíneo, el ginseng asiático (Panax ginseng) o la planta india ashwagandha (Withania somnifera); todas ellas se han de tomar un mínimo de dos meses para que surtan efecto.

En cuanto al problema de la eyaculación precoz, el clásico método conductista de Masters y Johnson, conocido como el «método de comprimir» soluciona el caso en el 98% de los hombres. Tan sólo hay que ponerlo en práctica. Practicar, practicar, practicar…

La sexualidad se ha convertido con el devenir de los tiempos en el terreno en el que convergen los principales motores de la humanidad: la necesidad de supervivencia, el instinto de supremacía y el impulso de vinculación amorosa. En suma, un terreno resbaladizo que hay que aprender a conocer antes de adentrarnos en él, pero cuya exploración puede conducirnos a encontrarnos con nosotros mismos y con la persona que comparte nuestra vida.

Fármacos: mucho cuidado

Dada la eficacia de los medicamentos para tratar la disfunción eréctil, como el sildenafilo (Viagra), tadalafilo (Cialis) y vardenafilo (Levitra), en los últimos años las empresas farmacéuticas buscaron un medicamento similar para las mujeres. Incluso se hicieron pruebas con la misma pastilla azul de los hombres, pero las autoridades sanitarias de EEUU (FDA) no han aprobado este uso.
Hasta hace muy poco no existían fármacos de probada eficacia para tratar los problemas de excitación sexual o deseo sexual en las mujeres. Sin embargo, 4 de cada 10 mujeres informan que tienen problemas sexuales.

Un medicamento recetado conocido como flibanserina (Addyi), originalmente desarrollado como antidepresivo, fue aprobado por la FDA como tratamiento de la falta de deseo sexual en mujeres premenopáusicas. Se considera que una píldora diaria puede aumentar el deseo sexual en mujeres con bajo deseo sexual que encuentran la experiencia preocupante.

Sin embargo viene acompañada de posibles efectos secundarios graves: bajada de presión arterial, mareos, desmayos… (sobre todo si el medicamento se mezcla con alcohol). Y los expertos recomiendan suspender el medicamento si no se observa una mejora en el deseo sexual después de ocho semanas.

Existe otro medicamento inyectable, bremelanotida (Vyleesi), como tratamiento para la falta de deseo sexual en mujeres premenopáusicas. El medicamento se debe inyectar en el abdomen o muslo al menos 45 minutos antes de la actividad sexual. No se debe usar más de una vez al día o más de ocho veces al mes. Los posibles efectos secundarios son náuseas, dolor de cabeza, vómitos y reacciones en el lugar de la inyección. Y por descontado, todo debe ser seguido por un médico especializado.

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