¡Deja de rascarte!

Dermatilomanía, el trastorno que hace que tengas que rascarte continuamente

Textos: redacción con informaciones de Laura Torres y Blanca Herp.

Con los nervios…«a flor de piel»

Para Clara González (hemos cambiado el nombre), de 27 años, los efectos de su dermatilomanía, un trastorno que le produce una ganas irrefrenables de arrancarse o pellizcarse la piel compulsivamente, son devastadores para su salud mental.

La joven tiene eczemas desde que era niña, padeció acné poco después de cumplir 20 años y durante su época universitaria desarrolló dermatilomanía, una rara condición a la que también se conoce como trastorno por excoriación. «Me afectó muchísimo psicológicamente, más de lo que me daba cuenta entonces», nos dice. «Me hacía sentirme muy cohibida porque la gente hacía comentarios. Y también experimenté acoso escolar durante mi adolescencia cuando era mucho peor en mi rostro. Personalmente, no tuve mucho apoyo psicológico y hay mucho estigma hacia aquellos que tienen una enfermedad de la piel, y una idea muy equivocada sobre la dermatilomanía.»

La mayoría de nosotros nos rascamos la piel de vez en cuando, pero si tienes dermatilomanía, lo haces de manera compulsiva. Y no puedes parar. Ello puede causar cortes, sangrado y hematomas. Muchas veces, quienes sufren la enfermedad no se dan cuenta de que se están rascando o pellizcando la piel y dejándose marcas en ella. Es posible que lo hagan todavía más cuando se sienten ansiosos o estresados. También puede que se rasquen o pellizquen lunares, pecas, marcas o cicatrices para «suavizarlos» o «perfeccionarlos».

Clara señala que los problemas recurrentes pueden hacerte sentir «como si tu piel se estuviera rebelando contra ti, casi como una espiral perversa; cuanto más dolida y estresada te sientes, más dolorida quedará tu piel.»

La joven estudia un máster en Dermatología Clínica e investiga sobre psicodermatología. Los médicos refieren que la parte psicológica es tan importante como la física a la hora de abordar esta y otras enfermedades de la piel. «No puedes analizar solamente los aspectos físicos en el tratamiento de su enfermedad», sostiene el dermatólogo Javier Rodés. «Tienes que adoptar un enfoque más amplio y holístico, darte cuenta de que los trastornos de la piel van de la mano del estrés psicológico y de trastornos psiquiátricos. Después de todo», añade, «la piel es nuestro pasaporte hacia el mundo exterior.»

Clara cree que hace falta mucho más apoyo psicológico por parte de los servicios sanitarios hacia quienes padecen condiciones crónicas de la piel. Pero puede ver el lado positivo: «Lo bueno de tener una enfermedad en la piel es la resiliencia que logras, tanto a la hora aceptarte a ti misma y a tu aspecto físico, como a lo que sientes», explica.

Las personas que tienen dermatilomanía pueden pellizcar o rascar lunares, pecas, marcas o cicatrices para «suavizarlos» o «perfeccionarlos».

Ni granos ni espinillas

Los granitos o espinillas en los adultos tienen varias causas. Una es que se producen porque la grasa –el sebo–, y las células cutáneas muertas obstruyen los poros de la piel, donde se desarrollan bacterias, lo que causa inflamación e infección.

Otras de las causas más comunes es un desequilibrio hormonal, el estrés que causa una producción alta de cortisol y también el uso de algunos medicamentos y cosméticos.

Con alimentos buenos para el acné que ayuden a eliminar toxinas, regular las hormonas y curar las cicatrices, se puede mejorar el aspecto de la piel y prevenir las espinillas.

Alimentación para eliminar granos y espinillas

Para evitar y tratar este problema de forma natural, se recomienda –además de una buena higiene de la piel y una limpieza profunda–, la suplementación con varios nutrientes y una dieta para equilibrar las hormonas y aportar nutrientes que pueden ayudar al organismo a equilibrar las deficiencias.

En general conviene que la alimentación esté basada en productos frescos, no procesados y baja en azúcares. En la revista recomendamos una dieta vegetariana, o al menos plant based, con abundancia de verdura y fruta, frutos secos y semillas, cereales integrales y proteínas de buena calidad. Entre los alimentos a eliminar –o por lo menos evitar al máximo– están el azúcar, los panes refinados, los lácteos, las grasas trans y el arroz y la pasta blancos. Una dieta rica en estos alimentos hace que el cuerpo produzca más sebo, lo que agrava la aparición de acné e inflamación.

Una forma de favorecer el equilibrio hacia este tipo de dieta, es introducir con más frecuencia en nuestros menús alimentos especialmente recomendables. No sólo aportarán nutrientes esenciales para mantener la piel sana, sino que nos ayudarán a desplazar a otros alimentos menos recomendables.

Vamos a repasar algunos de estos alimentos buenos para evitar el acné.

Alimentos para tratar el acné

Rúcula y otras hojas verdes depurativas

La rúcula es muy rica en minerales y fitonutrientes en general. Ayuda a eliminar toxinas, a reducir la inflamación y a mejorar el aspecto de piel.

Su sabor amargo estimula el hígado, lo que ayuda a equilibrar las hormonas y eliminar el exceso de hormonas no necesarias.

Podemos añadir a la ensalada dos puñados de rúcula u otras verduras de hoja verde oscuro (acelgas, kale o espinacas). También podemos preparar con ellas batidos verdes o bien tomarlas salteadas, en estofados, sopas o salsas tipo pesto.

Boniato y verduras ricas en betacaroteno

El boniato es rico en betacaroteno, el antioxidante que en el cuerpo se convierte en vitamina A y que tiene muchos beneficios sobre la piel: ayuda con la inflamación, limpia y abre los poros, previene las espinillas y equilibrar las hormonas. Si no te apetece el boniato, sustitúyelo –o altérnalo– con otras hortalizas de color naranja como zanahorias o calabazas.

Limón, rico en vitamina C

El zumo de limón es rico en vitamina C, que ayuda a incrementar la producción de colágeno, bloquea los radicales libres y mejora el aspecto de las cicatrices.

Añádelo a tus infusiones, tés, salsas, patés o aliños. Es una buena idea sustituir, en la ensalada, el vinagre por limón.

Garbanzos y otras legumbres

Los garbanzos son ricos en nutrientes como el zinc, que ayuda a mejorar el aspecto de la piel y mejora el enrojecimiento y inflamación. También son fuente de fibra, importante para el equilibrio hormonal y para nutrir las bacterias buenas en el intestino. Incluid también lentejas, guisantes o alubias en la dieta 4-5 veces a la semana. Hay gran variedad de recetas: estofados, sopas, hamburguesas, ensaladas y patés o cremas untables.

Papaya enzimática

La papaya contiene una enzima llamada papaína que tiene efectos antimicrobianos, antivíricos y antifúngicos. Su consumo ofrece muchos beneficios sobre la piel y el sistema digestivo: ayuda a mejorar la elasticidad de la piel y elimina las líneas finas, mejora el acné, la inflamación y ayuda a curar las cicatrices.

La pulpa se puede aplicar sobre la piel, pues ayuda a la formación de colágeno, exfolia las células muertas, mejora la hidratación y limpia la piel de granitos. Para hacer una mascarilla:

1. Combina media taza de papaya madura con media cucharadita de cúrcuma, una cucharadita de miel y zumo de limón.
2. Tritura y aplica sobre la piel.

Quinoa en vez de pasta o arroz blanco

La quinoa es rica en fibra, ayuda a eliminar las toxinas del cuerpo en general y el acné en particular; el resultado es una piel más limpia. También contiene zinc, entre otros fitonutrientes.

Semillas de calabaza ricas en zinc

Las semillas de calabaza son una buena fuente de zinc.

Añade todos los días 1 cucharada de estas semillas a tus platos. Espolvoréalas tostadas sobre ensaladas, puré de verdura o cereales.

Nueces de Brasil, ricas en selenio

El acné puede ser uno de los síntomas de deficiencia en selenio, que ayuda a incrementar el nivel de antioxidantes en el cuerpo. Los coquitos o nueces del Brasil son auténticos campeones en este mineral. Su contenido supera al de cualquier otro alimento: una ración de 30 gramos (unas 8 nueces) cubre con creces los requerimientos diarios de selenio.

Añade todos los días unos 3-4 nueces de Brasil junto a semillas de calabaza o anacardos ricos en zinc y almendras ricas en vitamina E.

Chucrut, kimchi y otras verduras fermentadas probióticas

Toma todos los días un par de cucharadas de verduras fermentadas para nutrir tu microbiota, ya que los estudios demuestran que hay una conexión directa entre la salud de intestino y de la piel. También puedes probar yogur de coco o kéfir de agua. En casos severos se puede considerar la suplementación con probióticos.

Vinagre de sidra para estimular los jugos gástricos

Los expertos demuestran que hasta un tercio de las personas que sufren de acné y espinillas tienen un nivel bajo de ácido gástrico.

El vinagre de manzana tiene propiedades beneficiosas para el cuidado de la piel. Si tienes problemas de digestión y también te aparecen granos, prueba tomar un vaso de agua con una cucharada de vinagre de manzana cruda antes de las comidas. Este vinagre sí que es interesante en tus ensaladas.

Cúrcuma antioxidante, antimicrobiana y antiinflamatoria

La cúrcuma contiene antioxidantes que mejoran el aspecto de la piel y la dejan brillar. Con sus efectos antimicrobianos ayuda a curar las cicatrices y calmar la inflamación.

Además fortalece el hígado, algo necesario para mantener el equilibrio hormonal.

Añade todos los días una cucharadita de cúrcuma y pimienta negra a tus estofados, verduras al horno, vinagretas o prepara deliciosas bebidas como leche dorada. También puedes prepararte una mascarilla antiacné con cúrcuma y miel.

Menta antibacteriana

La refrescante menta tiene muchos beneficios sobre la piel con tendencia acneica, ya que gracias a sus efectos antioxidantes y antibacterianos ayuda a eliminar las bacterias que causan la inflamación.

Además puede ayudar a equilibrar las hormonas, que son responsables de producir el exceso de sebo.
Toma cada día 2 tazas de esta bebida deliciosa.

La miel de manuka (ver pág. 80) es otro recurso natural y eficaz contra el acné.

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