Candidiasis, la manifestación de tu salud

La candidiasis es una infección que te puede cambiar la vida, para bien. Es una gran aliada con mucha información útil sobre ti. Te ofrece la oportunidad de coger de nuevo las riendas de tu vida.

Textos de Cala Cervera (nutricionista ortomolecular)

La candidiasis es el reflejo de la acumulación de «desintonizaciones» físicas, emocionales y mentales contigo mismo/a a lo largo del tiempo.

Ten claro que ya sea intestinal, genitourinaria o de piel, tiene solución.

 

¿En qué consiste?

La candidiasis es una infección causada por hongos. Existen aproximadamente 150 tipo de cándidas. No importa qué tipo sufras, el enfoque para tratarla es el mismo. Tampoco varía el tratamiento si la infección se encuentra en el intestino, uñas, piel, vejiga, próstata, genitales o cualquier otra parte del cuerpo.

Sus síntomas son muchos y variados. Los más comunes que veo en consulta son:

Cansancio, dolores musculares, irritación y picores genitales, flujo vaginal grumoso, hinchazón abdominal, gases, diarreas y/o estreñimiento, dolores de cabeza, sensación de aturdimiento, altibajos de humor, picores de piel, aftas bucales, ansiedad por dulces y carbohidratos, problemas menstruales, mareos.

Tu cuerpo está programado para estar sano y sólo necesita que le quites las interferencias en forma de malos hábitos de vida físicos y mentales, para que vuelva a su estado natural que es el de la salud.

 

El tratamiento lo dividido en 5 fases:

  • 1. Actitud mental
  • 2. Dieta y suplementos nutricionales
  • 3. Antifúngicos
  • 4. Probióticos
  • 5. Introducción de alimentos

Actitud mental

Detrás de una candidiasis suele haber pensamientos, creencias, emociones y estados de ánimo (en este orden) que propician el medio para que se instale el desequilibrio.

A muchas personas les resulta difícil ver la relación entre su mente y emociones, y sus problemas físicos de salud. Nuestra cultura y la herencia que hemos recibido de la ciencia en los últimos siglos nos dificulta este entendimiento.

Sin embargo, hoy en día, gracias a la física cuántica, sabemos que la mente no sólo pertenece al cerebro sino que se encuentra en todas las células de nuestro cuerpo. Por eso, a la hora de tratar una candidiasis, no podemos separar mente y cuerpo.

Si te resulta difícil creer cómo la mente influye en el cuerpo y cómo tu mente puede influir en desarrollar una candidiasis, piensa en lo que ocurre en una fantasía sexual o en una pesadilla. En ambos casos la mente, el pensamiento, genera una serie de reacciones químicas y eléctricas que alteran el organismo, sin que haya habido influencia externa. El cuerpo no distingue entre realidad y ficción.

La mente, el pensamiento consciente o inconsciente, rige tu cuerpo. Por eso, es fundamental que utilices tu mente a tu favor como una herramienta más para tu recuperación.

 

¿Cómo?

Para empezar, ten presente que es más fácil estar sano que enfermo. 
Cada una de nuestras células está programada para sobrevivir y hará todo lo posible para mantenerse sana y viva. Precisamente de ahí nacen los síntomas, de la capacidad del organismo para buscar siempre el equilibrio y sobrevivir. Los síntomas son la manifestación de que la ayuda está en marcha. Dales la bienvenida y no trates de pelearlos o taparlos.

Observa cómo te sientes, qué emociones aparecen cuando estás con un brote de candidiasis. Pregúntate si esas emociones te las permites sentir en tu día a día y piensa que con la infección, puedes sacarlas a la luz y vivirlas. Esto te hace más completo/a y más sano/a. Tu candidiasis es tu válvula de escape.

También en ocasiones la candidiasis trae consigo atención por parte de los demás, compasión, o tal vez cariño.

Pregúntate para qué te puede estar sirviendo tu candidiasis.

Retoma la confianza en tu cuerpo y en su capacidad de curación. Desde que naciste has estado combatiendo virus, bacterias, células cancerígenas… No desestimes tu fuerza y energía vital, las tienes, aunque te sientas mal, tu fuerza y energía siguen estando, son innatas en ti.

No rebusques en tu cuerpo signos de candidiasis. Muchas mujeres viven revisando con un espejito su zona genital evaluando la situación. No lo hagas, no le des fuerza.

Tampoco hables y te quejes del tema. Cuanto menos hables de tus síntomas, de tu enfermedad, de cómo te limita, menos presente estará en tu vida.
No pienses en ti como un enfermo/a sino como una persona sana que, en este momento, tiene una interferencia en su salud. Nada más.

Encuentra el tiempo para atenderte.

Hay espacios en ti donde no llega la enfermedad. Búscalos. Observa en qué situaciones te olvidas de tus síntomas y procura permanecer al máximo en esos espacios.

Dieta antifúngica y suplementos nutricionales

Esta fase es muy importante porque cumple dos funciones básicas a la vez: debilitar a las cándidas y fortalecerte a ti.

Esta dieta es mucho más natural y afín a las necesidades de tu cuerpo que la dieta estándar que seguramente estás llevando o has llevado hasta ahora. Una vez pasada la primera semana de síndrome de abstinencia, todo será muy natural y llevadero.

La dieta es clave en el tratamiento.

 

Alimentos NO permitidos

  • Azúcares y edulcorantes
  • Fruta
  • Lácteos
  • Levadura
  • Fermentados
  • Patatas, champiñones, setas, calabaza, boniatos, castañas.
  • Cacahuetes, pistachos y chufas
  • Gluten
  • Maíz
  • Malta
  • Bebida de soja, bebida de almendras (excepto hecha en casa), bebidas de cereales
  • Cacao yalgarroba
  • Café
  • Infusiones de regaliz y de frutas

 

Alimentos permitidos

  • Vegetales
  • Huevos ecológicos
  • Legumbres
  • Algas
  • Tofu
  • Arroz, quinoa, amaranto, mijo, trigo sarraceno y avena (que especifique sin gluten)
  • Tostadas otortas de cualquiera de los cereales mencionados
  • Harinas de esos cereales y harina de legumbres
  • Pasta de esos cereales y pasta de legumbres
  • Aguacate, limón, coco, tomate
  • Frutos secos crudos
  • Bebida de frutos secos casera
  • Semillas crudas
  • Puré de almendras, avellanas, sésamo, curcubita
  • Aceitunas (que no sean rellenas ni estén maceradas en vinagre)
  • Té verde, té blanco, rooibos, infusiones, achicoria
  • Aceite de oliva, aceite de coco
  • Especias

 

Y para los no vegetarianos: Carne roja y blanca (es importante, siempre que sea posible, consumirla ecológica). Embutidosde elaboración natural. Pescado de todo tipo. Marisco.

Toma la mínima cantidad de cereales (si quieres potenciar el efecto de la dieta, elimínalos completamente) y, a cambio, aumenta el consumo de vegetales.

Bebe suficiente agua embotellada (divide tu peso entre 8 y obtendrás el mínimo de la cantidad de agua ideal para ti).

 

Suplementos nutricionales

Tienen una función muy importante. Por un lado, te ayudan a desinflamarte, a través de activar las enzimas antiinflamatorias del organismo, y por otro, fortalecen tu sistema inmunitario, regulan tus hormonas, ayudan a desintoxicar tus células y a regenerar tu organismo.

Las deficiencias nutricionales más comunes en esta infección son el grupo de las vitaminas B, la vitamina C, la vitamina D, el zinc, cromo, magnesio y el Omega 3. Los nutrientes deben tomarse desde el principio del tratamiento y mantenerse, al menos, durante todo el proceso.

Los suplementos nutricionales siempre deben individualizarse, respetando y adaptándose a las necesidades de cada persona. No consiste en tratar la candidiasis sino a la persona con candidiasis.

Antifúngicos

Esta etapa es profunda. Por lo general se introduce al cabo de un mes, mínimo, de haber comenzado la dieta y los suplementos nutricionales.

Aquí se inicia la gran limpieza de todo tipo de hongos en tu organismo. Estén donde estén, los antifúngicos naturales llegan a todos los rincones de tu cuerpo. Ahí donde llega tu sangre, llegan ellos.

Los antifúngicos naturales más eficaces son el ácido caprílico, berberina, ácido undecilénico, Pau d´arco (Tabebuia impetiginosa), extracto de semilla de pomelo, orégano, ajo. Es buena idea tomarlos en sinergía en productos donde se mezclen varios antifúngicos. Se deben tomar con cuidado y subiendo la dosis poco a poco hasta llegar a la dosis máxima indicada en el producto. En el mercado hay una gran variedad de ellos.

Es importante rotarlos, al menos, cada mes. No aconsejo nunca mantener el mismo producto durante meses, ni siquiera aunque ese antifúngico esté funcionando muy bien.

Esta etapa de antifúngicos dura un mínimo de 3 meses y debe hacerse a un ritmo tranquilo y respetuoso. Camina junto a tu cuerpo, no por delante de él. Acompáñalo con cariño, paciencia y respeto. Tu organismo está haciendo un trabajo importante para tratar de encontrar el equilibrio, trátalo con agradecimiento.

 

Probióticos

Normalmente después de meses con la dieta y limpiando con antifúngicos, la sintomatología suele desaparecer completamente. Sin embargo, en algunos casos pueden persistir ciertos síntomas intestinales o sintomatología genitourinaria, aunque mucho más suave que al comienzo del tratamiento. Es entonces cuando recomiendo la toma de probióticos.

Existen muchos probióticos en el mercado. Busca uno que contenga una mezcla de, al menos, Lactobacillus acidophilus yBifidobacterium bifidum.

Es importante escoger un probiótico de una buena marca. Si no se manipulan con cuidado estas bacterias, es muy fácil que se destruyan en el proceso de fabricación y los efectos al tomarlos serán nulos.

También debe ser un producto que resista la acidez del estómago y pueda llegar a su destino, el intestino, sin perder propiedades por el camino.

Las dosis deben ser altas, al menos entre 20.000 y 40.000 millones de bacterias beneficiosas en total por cápsula. guárdalo siempre en la nevera y toma una única toma antes de acostarte, alejada de la comida.

Introducción de alimentos

Después de meses de tratamiento, es momento de volver a introducir algunos alimentos de nuevo: fruta, patatas, calabaza, champiñones, setas, fermentados, cacahuetes, pistachos… Los que no recomiendo volver a introducir son los lácteos, gluten, azúcares y edulcorantes. Estos alimentos y sustancias no son necesarios para la salud del organismo

La introducción de alimentos debe hacerse muy paulatinamente, probando de uno en uno y permitiendo observar cualquier reacción nueva del organismo.

La dieta base que recomiendo seguir después del tratamiento consiste en gran cantidad de vegetales (en todas sus formas), carne, pescado, marisco, huevos, algas, frutos secos, semillas, fruta, algo de legumbres y muy pocos cereales sin gluten.

Este tipo de alimentación te mantendrá en buen peso, con digestiones ligeras, energía, fuerza, y poca tendencia a la inflamación. Recuerda que la inflamación está detrás de la mayoría de enfermedades de hoy en día.

Espero que este artículo te ayude a que dejes de ver tus síntomas como la manifestación de una enfermedad y puedas verlos como la manifestación de tu salud.

 

© Cala H. Cervera, 2018.

www.calacervera.com

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