Brotes germinados

Las humildes semillas germinadas son un excelente superalimento y significan una nueva alquimia para la vida; facilitan una auténtica regeneración personal y, bien gestionada, su clorofila y otros nutrientes contribuyen, junto a las algas, a reducir la contaminación en este planeta. Recordemos que la clorofila es muy parecida a la hemoglobina de la sangre, con la diferencia de que posee un ión de magnesio y en cambio el de la sangre es de hierro. La clorofila contribuye al transporte de oxígeno a las células y es un buen depurativo, desintoxicante y regenerador.

Clorofila y enzimas vivos

El consumo de clorofila suele alterar el color de la orina y las heces y puede ser tan desintoxicante que llega a producir arcadas en algunas personas con sólo olerla (denota un grado de intoxicación proporcional al rechazo que provoca). Se recomienda tomarla en pequeñas cantidades diluida en agua o zumos de fruta o mixtos (zanahoria y manzana) y aumentar la concentración gradualmente.

Para obtener clorofila se pueden emplear brotes de alfalfa germinada y, sobre todo, de la hierba del trigo –y de cebada–, cultivadas sobre una pequeña capa de tierra. La hierba del trigo puede comerse entera, acompañando las ensaladas y otros platos, como hacemos con los germinados.

Junto al rejuvelac, una gran bebida vital, son alimentos vivos muy ricos en enzimas. Entre otras muchas funciones, los enzimas nos ayudan decisivamente a digerir los alimentos que comemos y a eliminar toxinas, alimentando el organismo en general, desde el hígado a los músculos.

Bastantes personas inician la elaboración en casa de «hierba del trigo» y de «Rejuvelac» (ver Integral 395).

La clorofila de la hierba de trigo

  • Se ponen en remojo semillas de trigo (o de cebada) durante doce horas y se esparcen sobre una capa de tierra húmeda de 1-2 cm, que podemos guardar en una caja baja de madera o cartón (unos 5-6 cm de altura) o en un semillero. Las semillas se esparcen por toda la superficie sin amontonarse y las cubriremos con un paño fino o papel absorbente (puede ser papel de periódico, pero elegid las páginas con menos tinta).
  • Sobre la caja se coloca un cristal para mantener la humedad, dejando una buena abertura para el aire. Hay que mantener el paño o papel humedecido hasta que la fuerza de la hierba lo levante.
  • Cuando la hierba llegue a tocar el cristal lo quitaremos y la germinación se expondrá a la luz indirecta del sol, procurando que la tierra mantenga la humedad y no se seque. Cuando la hierba alcanza entre 10 y 20 cm de alto ya puede cortarse. Si queremos cortarla de nuevo mientras crece, tened en cuenta que cada vez que lo hagamos será más amarga.

El jugo

Extraer clorofila de la hierba del trigo no es fácil con las batidoras o las licuadoras clásicas, ya que se necesita un equipo específico, que hasta hace poco era poco accesible: los equipos manuales eran muy lentos y los eléctricos eran caros. La nueva generación de extractores, basados en el sistema «cold press», y la llegada de algunos superalimentos, hna favorecido el desarrollo de dos nuevos tipos de extractores de jugos a precios más razonables, uno de los cuales (el extractor horizontal en frío) es ideal para los germinados y las semillas. Podemos encontrarlos a través de Internet y en las tiendas de electrodomésticos.

Son zumos que conviene beber siempre frescos y recién elaborados para que se mantengan sus propiedades.

La hierba del trigo también puede añadirse a las ensaladas, sopas y otros platos, por ejemplo como suplemento en salsas frías. Y es uno de los ingredientes protagonistas de la cocina cruda.

Jugo de hierba del trigo

El jugo de trigo germinado es un gran aliado de nuestra salud y es fácil de preparar en casa. Los médicos y terapeutas que lo conocen consideran que el es casi casi una panacea para muchas enfermedades.Para elaborarlo se necesita trigo germinado de unos 10-12 cm de alto. Si lo vamos dejando por intervalos al sol se pondrá más verde y obtendremos más nutrientes. Procurad que no se seque.

Obtener el jugo será algo más laborioso si no disponemos del equipo extractor adecuado. Se muele en un mortero (preferiblemente de piedra) y luego exprimimos la pasta resultante en una gasa.

Hay quienes prefieren masticarlo mucho, beber el jugo que sale y después desechar la fibra que queda.

El jugo de la hierba del trigo es un gran recurso ante cualquier enfermedad. Cuanto más grave sea la enfermedad más necesitamos alimentos de este tipo, es decir, que nos aporten muchos nutrientes, pero sin que dejen residuos en nuestro debilitado organismo. Es un alimento rico en proteínas (contiene 16 aminoácidos), vitaminas y minerales. También resulta sorprendente su similitud con la sangre humana.

Lo ideal es tomar el jugo de trigo germinado en ayunas o antes de las comidas (unas dos cucharaditas al día, como si fuera el «chupito» de los bebedores), aunque se puede ampliar la dosis.

Comer cada día germinados es un auténtico regalo para nuestra salud.

Rejuvelac

Es una bebida fermentada extraordinaria, muy energética y saludable, que se prepara a base de trigo germinado. Elaborar rejuvelac en casa no es demasiado complejo si seguimos los pasos necesarios.

La fermentación es lo que hace que el jugo de trigo germinado y el rejuvelac sean definitivamente diferentes. El rejuvelac es una bebida muy rica en enzimas vivas (proteasa, amilasa, catalasa, lipasa…),  cuyo nombre es de procedencia francesa y hace referencia a la propiedad rejuvenecedora de la bebida, que es el resultado de la fermentación del agua del remojo de las germinaciones.

El rejuvelac es rico en proteínas, carbohidratos, dextrinas, fosfatos, sacarinas, lactobacilos, vitaminas C, E, y del grupo B. Contiene todos los nutrientes del trigo, uno de los alimentos más nutritivos que hay, pero es más fácil de digerir. Contiene también bacterias benignas que son necesarias para tener un colón saludable.

Las personas que sean alérgicas al trigo o que prefieran otro cereal, pueden obtener rejuvelac a partir de granos de cebada, quinoa, amaranto, mijo, centeno… Tener en cuenta que el sabor puede variar bastante.

La alfalfa y los germinados

Normalmente utilizada como forraje para el ganado, la alfalfa (Medicago sativa) destaca por su riqueza en vitaminas, minerales y proteínas, y por su alto valor nutritivo. Actualmente, la alfalfa es un ingrediente adecuado para las ensaladas, y cocida en sopas y guisos estimula la evacuación intestinal. De las semillas de la alfalfa se obtienen unos germinados deliciosos, con los que se pueden elaborar bocadillos, panes, pasteles, sopas y platos combinados. No es fácil obtener alfalfa y semillas germinadas en estado fresco, aunque alguna empresa (Vegetalia) los ofrece.

De todos modos se pueden germinar en casa. Existen excelentes germinadores de todo tipo para ello, como los de la casa Vogel de varios pisos.

Germinar en un frasco de cristal. Si no disponemos de germinador podemos germinar nuestras semillas en un simple tarro de cristal bien limpio, que mida un palmo de alto, más o menos.

  1. Poner a remojar las semillas en agua dentro del tarro.
  2. Quitar el agua de remojo.
  3. Colocar el tarro cabeza abajo o inclinado, con la tapa puesta (una gasa o trapo fino).
  4. Lavar las semillas dos veces al día hasta que el agua salga completamente limpia.
  5. Guardar el tarro en un lugar preferiblemente oscuro y cálido. Estarán a punto entre 4 y 8 días después.
  6. Poner el tarro a la luz el último día para que los brotes sinteticen la clorofila y se vuelvan verdes.

Germinar semillas de alfalfa. La germinación de la alfalfa es un poco diferente, ya que prácticamente no requiere agua. Lo más frecuente es colocarlas sobre un trapo mojado y la misma humedad se encarga de todo.

La alfalfa previene la arteriosclerosis y está indicada en caso de epistaxis (hemorragia nasal frecuente) porque actúa como coagulante. Es eficaz en el tratamiento de las llagas de estómago, raquitismo, anemia, falta de apetito, gases intestinales, enfermedades de los riñones y de la vejiga, cálculos en la vesícula, reuma, artritis y agotamiento crónico.

La alfalfa es diurética, depurativa y laxante y aumenta las defensas naturales contra las infecciones. Debido a su elevado contenido en celulosa, las personas con úlceras o inflamación gastrointestinal deben consumirla en forma de zumo u horchata. También previene del cáncer de próstata.

La alfalfa es probablemente el mejor ejemplo de semillas germinadas, al igual que los rabanitos, cebolla, puerro, remolacha, soja, fenogreco, etc.

Puede encontrarse en forma de suplemento dietético, en cápsulas de alfalfa en tiendas de herbodietética; indicadas para evitar cierta irritación de la mucosa gástrica.

Las recetas

Ensalada verde con germinados

Ingredientes

un puñado de berros tiernos

unas hojas de canónigo y de acedera

unas hojas de lechuga tierna o trocadero

200 g de brotes germinados de alfalfa

1/3 de taza de quinoa cocida por plato

algunos rabanitos, cortados en rodajas

sal y aceite de oliva virgen extra

queso feta y aceitunas negras (opcional)

1 Lavar, cortar y unir los ingredientes.

Cómo preparar “rejuvelac” en 10 pasos

1. En un frasco de boca ancha se ponen alrededor de ¼ de semillas de trigo blando.
2. Cubrir la boca del frasco con una malla, que aseguraremos con una cinta elástica, añadiendo suficiente agua (no clorada).
Se deja en remojo de 6 a 10 horas.
3. A continuación escurridlas, enjuagadlas y volved a escurrir, una o dos veces al día, según la temperatura, hasta que el trigo empiece a germinar (suele tardar unos dos días).
4. Colocar el frasco en ángulo (unos 45º C) para que puedan escurrirse bien. Asegurar que las semillas no cubren toda la boca del frasco, ya que necesitan ventilación.
5. Alrededor de los dos días de germinación se llena el frasco con agua (no clorada), tres veces con la cantidad de semillas germinadas.
Dejar en remojo 48 horas a temperatura ambiente.
Después de 48 horas, este líquido ya es vuestro primer rejuvelac.
6. Introducir el líquido en otro recipiente y guardarlo en el frigorífico.
7. Llenar de nuevo el frasco con más agua y dejarlo fermentar de nuevo durante 24 horas.
8. Introducir este segundo rejuvelac en otro frasco y guardarlo igualmente en el frigorífico.
9. Llenar por tercera vez y dejarlo 24 horas más.
10. Introducir este tercer rejuvelac en un frasco y guardarlo en el frigorífico un máximo de 3-4 días.
Una vez realizadas las tres tandas, las semillas ya se pueden tirar (o bien dejarlas para el consumo de los pájaros).

Burgers de germinados en bollos de sarraceno y mijo

(aptas para veganos y celíacos)

Receta de Elvira Ribert

Para unas 12 hamburguesas 

Ingredientes para las burgers:

100 g de lentejas germinadas hasta obtener un tallo de unos 4 centímetros

100 g de quinoa germinada 48 horas

100 g de guisantes secos remojados durante 48 horas

1 puñado de pipas de calabaza

1 cebolla

2 zanahorias grandes

4 dientes de ajo

un puñado de perejil fresco

1 cucharadita de bicarbonato

una pizca de tomillo

1 cucharadita de pimentón de la vera

pimienta negra a discreción

media cucharadita de sal marina

1 Trituramos todos los ingredientes juntos hasta que formen una masa granulada fina. La dejamos reposar una hora.

2 Formamos las hamburguesas sobre una plancha caliente directamente, depositando la masa a cucharadas

y aplastándola, dándole la forma típica.

3 Si se prefieren se pueden freir en un poco de aceite de oliva virgen, en ese caso las formaremos a mano.

En ambas opciones la masa no se disgrega y queda una hamburguesa sabrosa de consistencia firme.

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